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Pongamos el modo green

Hay muchos que no se quieren enterar pero la naturaleza lleva hablándonos clarito desde hace ya algunos años. El cambio climático es una realidad, lo asegure o no el primo de Rajoy; se lo crea o no, el político de turno. Da lo mismo que grandes países como China, Estados Unidos o India tergiversen los datos en pro de vender más y más barato.

  • Última actualización
    15 octubre 2018 20:05

La realidad es la que es y las consecuencias comenzamos a sentirlas todos los habitantes del planeta, seamos del rincón que seamos. Tormentas, gotas frías, huracanes, tornados... Acostumbrémonos, la temperatura del mar está subiendo, los casquetes polares se deshielan (para alegría de algunos que aprovecharán las circunstancias para iniciar sus negocios) y los muertos comienzan a contarse aquí, en el primer mundo. Véase lo que ha sucedido esta última semana en Baleares, el sur de la Península y las Islas Canarias.

Lamentablemente, hasta que no ha sido así, hasta que no son sus votantes los afectados, negacionistas como Donald Trump, que habían jurado que el cambio climático era “un invento”, no han reculado. Tampoco se crean que ha cambiado de parecer forever and ever, ahora dice que cree “que algo está pasando. Algo está cambiando y volverá a cambiar. No creo que sea un engaño, creo que probablemente hay una diferencia. Pero no sé si está causado por el hombre”. Vamos, que algo pasa pero que se arreglará solo, por eso, no pasa nada por decir bye bye a los compromisos climáticos acordados en París en 2015 o que la ONU haya alertado  de que la temperatura subirá 1,5 grados entre 2030 y 2052 si el calentamiento global continúa. Nos da lo mismo todo si podemos seguir comprando como locos, ¿no?

Menos mal que sí que hay personas preocupadas por las consecuencias de sus acciones; menos mal que esas gentes están en nuestros entornos más cercanos; menos mal que los profesionales que dirigen proyectos empresariales e instituciones de especial relevancia para el Producto Interior Bruto de la Comunitat Valenciana y del país están en modo ON en vez de en modo AVIÓN. Menos mal.

A saber: operadores de transporte terrestre que se incorporan al Registro de Huella de Carbono y buscan la obtención del sello de la Oficina Española de Cambio Climático dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, para  reducir sus emisiones y compensar a la sociedad por ello, a través de políticas de desarrollo sostenible y responsabilidad social. Transportistas y navieras que apuestan su futuro al verde con la compra de vehículos o buques de GNL o eléctricos. Autoridades Portuarias (como las de Valencia o Castellón, por ejemplo) que inventan, desarrollan e implementan políticas ambientales -innovadoras y pioneras- en la gestión de sus espacios portuarios. Operadores logísticos y terminales portuarias que participan activamente en proyectos de desarrollo de prototipos de grúas o vehículos sostenibles para actividad portuaria. Y comunidades portuarias implicadas en reducir sus residuos, optimizar sus operaciones y devolver al medio ambiente lo que se pueda de manera altruista.

En este marco, hoy arranca en Valencia una de las citas europeas más importantes en materia medioambiental enfocada al sector portuario: el GreenPort Cruise & Congress. Puertos, terminales, navieras y empresas logísticas se reunirán aquí para hablar de la calidad del aire, el consumo de energía, la huella de carbono o las relaciones entre las comunidades. Asuntos que no son nada relevantes para la vida, ¿verdad?

Qué vergüenza que algunos sigan hablando despectivamente de un sector como el nuestro. Qué pena que no pase nada por decir mentiras o medias verdades, qué lástima que hablar de más salga gratis. Seguro que muchos callarían si no fuera así.