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Bajo la sombra

Estar sometido a una investigación por parte de Competencia es lo que tiene: sabes cuándo empieza, es imposible saber cuándo va a acabar y tienes la certeza de que pase lo que pase, sea cual sea el resultado del informe, el daño y los perjuicios van a ser importantes o muy importantes. Esto es así y no hay termino medio.

  • Última actualización
    14 noviembre 2018 18:48

Porque si en el mejor de los casos una asociación, institución o empresa demuestra que no ha atentado contra la libre competencia, siempre quedará en el imaginario colectivo que ha estado investigada. Tienen mucha más repercursión y son más escandalosas las noticias que hacen referencia a la apertura de diligencias que las que anuncian que fulanito o menganito no ha hecho nada ilegal. Nos va la marcha, evidentemente.

Como bien apuntaba ayer Miguel Jiménez, existe en el entorno de la CNCM y en su forma de hacer las cosas un no sé qué que nos lleva al oscurantismo y al secretismo. Esta forma de proceder, naturalmente, despierta en el ser humano esa necesidad natural que tiene de conseguir información, de saber, en definitiva.

Optar por la vía del lado oscuro huyendo de la transparencia es abonar el terreno a los periodistas. Conseguir una información a la que nadie, o casi nadie, puede acceder, tiene un valor muy superior que casi cualquier otra cosa. Es normal.

Así, con estos condicionantes, El Estrecho Digital (al César lo que es del César) adelantaba el martes por la noche una filtración con las supuestas sanciones que Competencia va a proponer a ANESCO y los sindicatos por el acuerdo de la subrogación.

Ninguno de los afectados se ha manifestado al respecto (no pueden) y ni siquiera Competencia ha podido decir nada oficial porque todavía no se ha redactado el informe definitivo que recogerá oficialmente las sanciones.

¿De verdad pensaban que el secreto se iba a mantener hasta el final? ¿No creen que toda esta situación de filtraciones e incertidumbre no hacen otra cosa que perjudicar la estabilidad del sector?

Es evidente que Competencia no piensa así. La inestabilidad que vive la estiba perjudica gravemente a los puertos y, por extensión, a toda la cadena logístico-portuaria.

Hay inversiones multimillonarias pendientes de que se solucione de una vez por todas la situación de la estiba en España porque en las condiciones actuales nadie garantiza estabilidad a corto o medio plazo para rentabilizar semejante desembolso.

Existen asociaciones que están pendientes de un hilo y cuya actividad hace tiempo que dejó de crecer por el absoluto desconocimiento de su futuro inmediato. Contamos cientos de empresarios que tienen pánico a reunirse con cualquier colega para tratar de unir esfuerzos y optimizar la actividad, por temor a que pueda considerarse ilícito.

Lamentablemente, me estoy refiriendo a una realidad palpable y parece que muy desconocida para quienes tratan de imponer justicia a golpe de sanción. Díganme, ¿a quién se le puede exigir daños y perjuicios por todo el mal causado  y que nunca seremos capaces de llegar a contabilizar? ¿A quién hay que dirigirse para tratar de explicar cuál es la realidad que vive el sector? ¿Quién se atreve a abanderar la causa?

Les aseguro que nosotros hacemos todo lo que podemos.