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Con mascarillas sí, pero sin casco

Cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo, o casi todo, los estibadores nos han vuelto a sorprender con una inverosímil vuelta de tuerca. Les aseguro que me cuesta generalizar cuando hablo de las personas que forman este colectivo porque tengo la certeza de que no todos son iguales, pero como quiera que actúan todos a una, sin el más mínimo resquicio por el que abrir una grieta, no queda más remedio que dirigirse a todos, sin excepción.

  • Última actualización
    01 abril 2020 15:36

A estas alturas, pasadas ya muchas horas desde que conocimos que la actividad en el puerto de Algeciras se paralizó en el turno de las 20 horas del pasado martes, todavía no queda muy claro cuál es el problema de fondo. O sí, según se mire.

Las empresas argumentan que los estibadores han solicitado el “establecimiento de un plus o garantía económica abonable durante la vigencia del estado de alarma decretado por el Gobierno de España”, mientras que los trabajadores niegan rotundamente ese extremo asegurando que “son las empresas las que están ofreciendo un incentivo económico a cambio de modificar las condiciones de trabajo para que su negocio no baje lo más mínimo, y nosotros defendemos nuestro convenio”, al tiempo que recuerdan las limitaciones de una plantilla mermada en número que no es capaz de atender la elevada demanda de las empresas.

¿Les suena todo esto, verdad? Pensábamos que estos asuntos estaban reservados para otros tiempos, pero no. Da la sensación de que cualquier momento es bueno para meter la cuña, independientemente de la brecha que vaya a generar.

¿De verdad? ¿En qué estamos pensando? De modo que en circunstancias normales apelamos al diálogo y al entendimiento “por el bien de la economía” retrasando paros y huelgas, y justo ahora, cuando más lo necesita el país, con millones de personas en el paro y unas perspectivas más que negativas, ¿decidimos que el puerto se para? Lo siento, no puedo entenderlo.

¿En serio es el mejor momento para ir sacando cuentas y para lanzar órdagos? ¿Me están diciendo de verdad que fue imposible componer manos para atender siquiera a un buque? ¿Eso no estaba previsto? Lo dudo, sinceramente

Sigo pensando que cuando se llega a una situación de paralización de un puerto es porque todos hemos fracasado. Hacerlo ahora, precisamente ahora, nos añade además un problema moral.

Nadie ha dudado un instante de lo esencial del trabajo de la estiba. Al contrario, creo que desde la Comunidad Logística se ha insistido en las últimas semanas en la necesidad de que se valore el trabajo de toda la cadena y de cada uno de sus integrantes.  Saldríamos perdiendo en cualquier comparación con colectivos esenciales que están mirando a los ojos a ese virus que nos tiene desencajados, tanto por su nivel de exposición, como por su retribución económica, así que no parece lo más adecuado someterse a ese escrutinio ahora.

Y por cierto, si en medio de este debate se introduce legítimamente el argumento de la escasez de EPIs, no podemos dejar de recordar que, pese al miedo a que todos nos provoca el coronavirus, no sé si puede llegar a ser tan mortal como la caída a plomo de un tocho en una cabeza desprotegida.

Creo que no he sido el único que ha visto estos días en la tele alguna imagen que ilustre el ejemplo: con mascarilla, sí, pero sin casco.