¿Qué quieres ser de mayor? A todos nos han preguntado, en más de una ocasión, qué queríamos ser cuando creciéramos, cuando alcanzásemos la edad suficiente como para gestionar nuestras vidas, independizarnos y marcar nuevos destinos. Hoy la pregunta seguro que se sigue haciendo a edad temprana, cuando hay que elegir el bachiller que se quiere o cuando saltas a los ciclos formativos donde la respuesta se diversifica una barbaridad.
¿Sabían que existía un ciclo de grado medio de “Vídeo Disk Jockey y Sonido” y uno superior de “Animaciones 3D, juegos y entornos interactivos” o de “Artista Fallero y Construcción de Escenografías”? Esto ha sido posible por la persuasión de los diferentes colectivos que carentes de profesionales que atendieran a las necesidades específicas de las distintas áreas han insistido en concretar en las escuelas los currículums para dar garantías de continuidad a la actividad en cuestión.
En estas batallas se encuentra el sector logístico y el de transporte español. Peleando por oficializar conocimientos y profesiones que, hasta hace unos años, eran pura herencia, oficio que pasaba de padres a hijos.Sin más. Y esta labor no es menor porque urge darle un impulso al sector. A trabajar en el sector, concretamente. Porque la imagen que tiene no es buena. ¿Por qué? Ni idea. Supongo que no sale lo suficiente en las series de Atresmedia o Mediaset y que, cuando lo hace, es para ser el escenario de tramas de corrupción, chanchullos varios y mala gente.
Hace unas semanas se presentó en Valencia el “Informe de Tendencias de Empleo y Talento 2019 (logística y transporte)” y en él se destacaba precisamente esto: “La imagen del sector como empleador no se encuentra en el top de los sectores”.Así que, como todos no podemos ser Presidents, Vice-presidents, CEOs, COOs, CFOs, etc., y alguien se tiene que seguir subiendo en el camión, organizar un almacén o cuadrar los viajes, hay que invertir en promocionar el futuro que tiene el sector, para que la gente tenga ganas de entrar a formar parte de la familia logística.
Encima en el transporte terrestre la cosa se complica porque a los salarios poco atractivos se suman otros hits que hacen que los nuevos profesionales no se piensen, ni por un momento, aparecer por el sector. A saber: las condiciones laborales, los tiempos fuera de casa, la dificultad para la conciliación, el alto coste de entrada a la profesión, etc.
El viernes la Fundación Corell premió un trabajo de investigación centrado en la falta de atractivo del sector del transporte para los trabajadores. El estudio destaca, entre otras cosas, que es la carencia de conductores es una realidad. Ya. Hoy.
“Es un problema que afecta a la mayor parte de las empresas de transporte de mercancías en España y se puede agravar notablemente en el futuro”, afirma el estudio. De hecho, subraya, “el problema de la escasez de conductores podría incrementarse un 25% en los próximos cinco años”; así que la situación futura y a corto plazo es, cuanto menos, preocupante.
Las asociaciones sectoriales llegan tiempo alertando sobre el asunto, hablando de los problemas que están teniendo para reponer las bajas pero, sinceramente, para mí que a la Administración le ha venido bien esta circunstancia y se ha hecho la loca. De hecho hay políticos que piensan que a la profesión de transportista le quedan dos telediarios... Así que ¿qué podemos esperar entonces?
Lo que está claro es que no haya transportistas tiene consecuencias muy importantes en el resto de la economía, especialmente el comercio y la posición exportadora de España. Quieran ellos o no. Exijamos soluciones porque ya vemos que sin obligarles no harán nada.
