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Entre no ganar o perder, mejor empatar

Hay días, muy señalados, en el que a uno le aflora desde las entrañas la vena del periodista deportivo que una vez fue. Pero ya se sabe que el forofismo o periodismo de camiseta casa mal con la verdad, o al menos con el relato objetivo de los hechos, como se nos presupone a quienes nos dedicamos al oficio de contar cosas.

  • Última actualización
    18 enero 2021 18:05

El caso es que cada día nos enfrentamos, en todos los terrenos de la vida, a situaciones que se dirimen como de si un partido de fútbol se tratase. En busca del resultado apetecido y en función de las circunstancias, ajustamos nuestras defensas y ataques, y organizamos nuestra línea media para resultar más convincentes ante el adversario que persigue nuestro mismo objetivo, casi siempre incompatible con el propio.  

Es el arte de la negociación: tratar de convencer al rival de que sus intereses son también los nuestros. O viceversa. Una suerte de engaño para orillar el partido a nuestra vera. Pero a veces los partidos se disputan sin ningún tipo de concesión a la dialéctica y juegan con las palabras al patadón y tientetieso sobre un terreno embarrado por la falta de escucha entre los contendientes.

Finalizado el tiempo reglamentario del partido que llevaban disputando desde hacía  ya demasiado tiempo en Bilbao los equipos Trabajadores y Empresas de Bilboestiba CPE, el árbitro ha decidido dar por bueno el empate y llevar la contienda a una prórroga o tiempo suplementario que deberá resolverse antes de una tanda de penalties que nadie desea. 

Tras la operación ejecutada por el Ministerio de Trabajo para evitar un arbitraje obligatorio en el conflicto de la estiba de Bilbao que se veía casi  inevitable, cabe pensar si el partido debía terminar necesariamente con un reparto de puntos que puede no contente del todo a nadie

Aunque no era precisamente el “árbitro” que las empresas deseaban para este partido, la directora general de Trabajo, Veronica Martínez Barbero, ha demostrado tener un notable conocimiento del reglamento, una más que correcta interpretación del juego y un sentido de la equidad que para sí quisieran muchos  Mateu Lahoz que presumen de tener una comunicación directa, de tú a tú, con los jugadores.

Sin embargo, la X de la quiniela con la que la Dirección General de Trabajo ha sellado el partido Trabajadores-Empresas correspondiente a la última jornada  de la Liga Bilboestiba no deja de ser un signo provisional a la espera de que el partido se cierre  definitivamente con el tiempo extra que comienza a partir de ahora.

Hace unas semanas, en el momento más álgido de la crisis de la estiba en el Puerto de Bilbao, en plena huelga, se elevaron voces pidiendo que el conflicto no se cerrara en falso, como el mismo presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao, Ricardo Barkala, recordó. Ahora, tras la operación ejecutada por el Ministerio de Trabajo para evitar un arbitraje obligatorio que se veía casi  inevitable, cabe pensar si el partido debía terminar necesariamente con un reparto de puntos que puede no contente del todo a nadie. De hecho, no todos los sindicatos se dan por conformes con el empate. Entre las empresas cabe pensar también que había quienes esperaban un mejor resultado. Seguramente  el árbitro será quien mejor salga parado de un partido que sigue sin resolverse, por mucho que ya haya colgado su silbato en el vestuario.

Puestos a  copiar y pegar citas ilustres, decía Borges que “hay derrotas que tienen mucha más dignidad que una victoria” y Saramago escribió que la derrota “tiene algo positivo: que nunca es definitiva; en cambio, la victoria tiene algo negativo: que jamás es definitiva”. Por experiencia propia y bien reciente,  yo les digo que la victoria es más gratificante cuando ya sabes cómo es la derrota. Y en cuanto a la estiba de Bilbao, pues eso,  que entre no ganar o perder, mejor empatar. ¿O no?