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“Esta crisis ha puesto de manifiesto el papel estratégico de la comunidad portuaria”

Con la mirada puesta en las decisiones que se toman para gestionar “el día de después” de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus, no lo puede evitar porque le viene de serie (es economista y catedrático de Economía Aplicada), Aurelio Martínez, presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, habla con este Diario del día a día del sector, del Puerto y de cómo nos va a tocar reinventarnos para paliar los efectos de la hibernación obligatoria de la economía mundial. 

  • Última actualización
    01 abril 2020 06:47

 Para empezar, como prácticamente todo el mundo, está trabajando desde casa ¿Cómo lo lleva?

Pues mi actividad es intensa, prácticamente no hay horas a lo largo del día, antes tampoco había muchas más pero ahora es que ya no hay. ¿En qué sentido? Pues empezamos a las 8:15 horas con una reunión con la gente más próxima de Presidencia, luego reunión ejecutiva, que la hacemos todos los días para ver las novedades que van produciéndose, luego reunión con el director, etc. Todo son teleconferencias pero, bueno. Se lleva bien. Además aquí hay menos horas. Antes aún teníamos unos horarios pero ahora la situación se hace más extraña porque como estás en casa, la gente sabe que estás disponible y te llaman a cualquier hora.  

 

¿Y cómo se compagina con la situación familiar?

Mis hijos y nietos están fuera de casa porque son mayores, así que no tengo la necesidad de estar con ellos, de convivir con ellos que siempre sería más difícil. Estoy pensando en todos aquellos que tienen niños pequeños, ahí sí que debe ser más duro. Pero en mi caso, mi pareja y yo estamos solos en casa, además ella también está trabajando. De hecho, ella también está en una reunión de trabajo en otra habitación en estos momentos (se ríe) así que lo único que tenemos que hacer es no hablar muy alto para no molestarnos. Por lo demás, no hay ningún problema.

“A lo que me resisto, a lo mejor en otros puertos no es así, es a tomar medidas generales porque, a la vista de los datos hasta ahora, no todo el mundo está sufriendo con una caída de tráficos. Hay que analizar caso a caso”

Profesionalmente hablando, tras el establecimiento del estado de alarma, qué ha cambiado de su rutina, porque supongo que la planificación que había se ha ido al traste, se ha paralizado la actividad normal y sólo existe el coronavirus. 

Creo que ahora el trabajo es más piramidal. Tenemos la reunión del comité ejecutivo que se produce a las 9:30 horas, después de que cada uno de nosotros haya recabado la información de cada área. Y después nos repartimos el trabajo, discutimos cuáles son los problemas que se han venido planteando, cómo actuar, etc. Ahora es más piramidal. 

Antes teníamos una reunión del comité ejecutivo cada semana y ahora la tenemos todos los días. Quizás antes lo hacías trasladándote de despacho, sin darle más importancia, en cambio ahora lo tienes que hacer todo más formal, con una reunión. Pero creo que está funcionando bastante bien. Mi percepción no es mala, es bastante buena. No sé si somos más operativos, eso se tendrá que ver más adelante, a largo plazo no a corto, pero yo creo que se funciona bastante bien.

 

¿Ante qué situaciones se está teniendo que actuar? ¿Cuáles son las medidas se han implementado en la Autoridad Portuaria de Valencia?

Pues hay de todo, desde qué vamos a hacer con los contenedores de importación que no se van a poder despachar porque se van a tener que quedar aquí hasta que se normalicen los tráficos dentro de 9 ó 10 días, hasta cómo repartimos las mascarillas y cuándo llegan, qué medidas económicas adoptamos... Ten en cuenta que hay navieras y actividades que están sufriendo muchísimo (por ejemplo, todo el tema de pasajeros, te puedes imaginar). 

Moraleja: sí que estás muy entretenido todos los días, siempre hay alguna cosa que hacer. 

“Mi primera preocupación es la parálisis de la exportación”Como máximo representante del Puerto de Valencia, ¿cuál es su principal preocupación?

Mi primera preocupación es la parálisis de la exportación. Todo esto nos está perjudicando mucho y no podemos perder mercados, nuestras empresas no pueden perder mercados. Sé que es una situación dramática, desde el punto de vista humano y personal y que esa es la prioridad primera, pero como preocupación no la puedo evitar.

El tema de los flujos de exportación y la parálisis en los procesos de inversión me preocupan mucho porque, después de todo el parón económico que vamos a tener, que va a ser duro y va a tener un efecto tremendo en nuestro crecimiento, en la renta, en los salarios y en todo, necesitaremos sacar adelante todo. Habrá que incentivar todas las inversiones privadas y públicas porque habrá que dinamizar la economía y eso es preocupante, sinceramente. Me preocupa porque no estamos siendo ágiles en los trámites administrativos para que, en el momento se normalice, cuando la crisis se haya controlado, podamos salir adelante porque si no lo hacemos el empleo va a sufrir mucho, la sociedad va a sufrir mucho, y hay que evitarlo a toda costa. 

 

De hecho, los principales proyectos de la APV ya se han detenido. 

Sí, los proyectos se han quedado en stand by mes, mes y medio, porque no puedes aprobar nada, no tiene lógica aprobarlo así. 

Los plazos sí que siguen, por ejemplo, la presentación del proyecto para la ampliación norte o los estudios que están en marcha, siguen, pero sí que es verdad que existe una cierta parálisis administrativa y luego nos va a hacer falta cierta prisa. 

Eso me preocupa porque es ya pensar en el día después, en el D+1, qué hacemos después y cómo intentamos afrontar una crisis tan fuerte para minimizar sus efectos.

Y en concreto, ¿qué medidas particulares se han tenido que poner en marcha?

Hemos retrasado las liquidaciones para prolongar los tiempos de pago, para generar más liquidez, y estamos analizando cualquier cosa y sugerencia que nos adelanten. 

Hay un tema que hay que analizar bien porque no se pueden generalizar las medidas porque todos no lo están pasando igual de bien o de mal. Me explico. Al final según los datos adelantados que tenemos, marzo a lo mejor ha disminuido un poquito el tráfico pero no ha disminuido significativamente, por lo menos hasta ahora; no sé abril cómo irá, pero, al menos hasta ahora, los tráficos no han sufrido unas variaciones muy dramáticas como para tener que tomar unas medidas de ajuste muy fuertes. Tampoco tiene sentido que hagas medidas generales para todos cuando hay algunos a los que les está yendo bien objetivamente, están creciendo sus tráficos, entonces lo que hay que hacer es analizar caso a caso, que las personas afectadas nos presenten su situación, cuál es el problema, cuál es la solución, qué es lo que está pasando y nosotros, con toda la buena voluntad del mundo, vamos a analizarlo, faltaría más, es uno de nuestros clientes, cómo no vamos a hacerlo. 

Pero a lo que yo me resisto, a lo mejor en otros puertos no es así, es a tomar medidas generales, a la vista de los datos hasta ahora, porque no todo el mundo está sufriendo con una caída de tráficos. Así que, hay que esperar. Hay que esperar y lo que sí estamos es abiertos a escuchar, para eso nos reunimos todos los días, para analizar una a una cuál es la problemática que se nos presenta y echar una mano. Para eso estamos. 

 

En su opinión, ¿cómo está funcionando la APV? ¿Qué queda por mejorar?

Estamos intentando hacer pequeñas cosas para ayudar a la comunidad portuaria, dentro de nuestras posibilidades, pero mejorar y pulir, queda todo. ¿Por qué? Pues por un razón muy sencilla, porque esta crisis ha puesto de manifiesto muchas cosas. La primera, el papel estratégico de nuestra comunidad, que ahora nadie lo discute; la segunda, la necesidad de diversificar los centros de gestión, el teletrabajo se va a imponer a partir de ahora y eso transforma mucho las relaciones entre los agentes. El PCS en el fondo es un teletrabajo antiguo, es un centro de coordinación donde está todo. 

Creo que hay que empezar a pensar con otra mentalidad y adaptarnos al nuevo periodo que nos viene, que no sé qué puede a ser, no sé si los tráficos acabarán recuperándose, no sé si se va a renacionalizar una parte de la industria, me parece que sí, lo cual se traducirá en pequeños descensos de los tráficos... 

En fin, es interesante este tema desde el punto de vista económico porque vamos a asistir a un cambio de paradigma con esta crisis. Así que hay que adaptarse, pulir, repensar procesos... Lo iremos viendo.

La inversión, tanto pública como privada, será fundamental para salir de la crisis económica. “Mientras no exista el control de la pandemia, de la crisis sanitaria, es muy difícil relanzar la economía”Hablemos de futuro y de sus impresiones: ¿cuándo y cómo cree que vamos a salir de esta crisis?

¿Qué quieres que te diga? No tengo bola de cristal y ni siquiera soy médico experimentado en este tipo de cosas, pero mi percepción es que probablemente el efecto más grave, o más impactante, de la crisis sí que podemos estar pensando que estará produciéndose para Semana Santa, pero los coletazos de esto se alargarán varios meses. Mientras no exista el control de la pandemia, de la crisis sanitaria, es muy difícil relanzar la economía porque habrá que ir haciéndolo muy despacio para que no recaigamos. 

Entonces, la prioridad 1 es que como sociedad nos pongamos las pilas para solucionar la crisis sanitaria porque si no se soluciona es muy complicado que lo otro avance, siempre estaremos mirando a ver qué hacemos y lo que hagamos será con cuidado. Así que lo primero es ésto y ésto puede durar varios meses, la parte más dramática no, pero controlarla completamente puede durar varios meses y habrá que seguir tomando medidas extraordinarias. 

En cuanto al impacto económico, va a ser tremendo. La OCDE y algunos analistas privados ya avanzan que el impacto (el agujero que se va a generar) puede ser desde el 10% del PIB (que básicamente es lo que aporta la Comunitat Valenciana) hasta casi el 30% (lo que aportan conjuntamente Catalunya y Comunitat Valenciana). Por ejemplo, estamos hablando del PIB de España que es de 1.250.000 millones de euros aproximadamente, sería una caída dramática que si no se toman medidas públicas en compensación sería más fuerte. En este caso, el papel de la política fiscal, presupuestaria y monetaria es clave, sobre todo la fiscal y la presupuestaria. 

La monetaria ya ha tomado las medidas que ha tenido que tomar que es inyectar liquidez, tratar de salvar los negocios, dar financiación aceptable y barata. Ahora lo que hay que hacer es que llegue de verdad a los empresarios. No nos podemos permitir el lujo de perder el 10 o el 15% de las pymes, hay que salvarlas como sea, porque eso es lo que da estabilidad al empleo y es clave. 

Además, si no ayudamos a las personas que pierden ese empleo con ayudas, subvenciones o lo que sea y no mantenemos en sistema productivo para garantizar el empleo, la demanda se va a hundir porque, claro, no te vas a gastar lo que no tienes. 

Así que, moraleja: si no somos capaces de mantener las empresas, ni de mantener la capacidad adquisitiva de los trabajadores a unos niveles razonables se nos va a desplomar la demanda y la crisis todavía va a ser mayor. Hay que intervenir y hay que intervenir masivamente. Cuando hablan de un Plan Marshall o de una actuación contundente tienen toda la razón, porque si no puede ser un problema muy grave. 

“No nos podemos permitir el lujo de perder el 10 o el 15% de las pymes, hay que salvarlas como sea, porque eso es lo que da estabilidad al empleo y es clave”

Y aquí es donde nos encontramos con la Unión Europea, con los países divididos con lo que hay que hacer. 

Una cosa es que tú te gastes, vía presupuestaria, vía subsidios a los parados y a las pymes, y otra cosa es cómo lo financies. 

Lo que sí que sería razonable y necesario es que Europa nos de un paraguas para que los países más afectados, que más tienen que desembolsar, Italia, España y ya veremos los demás, puedan financiarse a un precio razonable, esa es la clave: cómo se financia el agujero que va generar en las cuentas públicas todo este mecanismo de ayuda. ¿El mejor mecanismo sería los coronabonos? Pues sí, porque entonces se está poniendo toda la solvencia de la Unión Europea en el mercado con lo que los tipos de interés serán más bajos, los costes serán menores. Eso es lo que está detrás de eso. 

En cualquier caso hay que hacerlo porque también es verdad que en ausencia de eso el Banco Central Europeo puede comprar todos los bonos que tú vayas emitiendo para financiar este programa pero eso no es lo más deseable, eso ya se hizo en el 2008, no es nuevo. 

Lo más razonable sería hacer eso por muchas razones, por solidaridad, por construcción europea porque si te crees europeo cuando vienen así de malas, hay que ayudar. Porque claro, no quiero pensar en sucediera una catástrofe a Finlandia, Alemania u Holanda pero si sucediera qué haríamos entonces, pues razonablemente tendrían que pedir ayuda a Europa y nosotros tendríamos que ayudarles. O qué hacemos, sacamos entonces rencores y antiguas rencillas. Así desde luego no se construye Europa.

Pues esa ayuda es lo que están pidiendo ahora España o Italia. Porque en este momento, es una causa sobrevenida, la pandemia no la hemos generado aquí, no es un problema específico que ha salido de una mala gestión, como a lo mejor podía haber sido en el 2008 (a lo mejor), así que parece sensato activar un mecanismo de solidaridad interno. Parece sensato.