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Honorabilidad

No seré yo ahora el que venga a negar aquí la importancia del sector público. Sí he defendido siempre que no vendría mal que algunos conceptos de la empresas privada se incorporaran, ipso facto,  al modelo de gestión de las públicas, pero eso no siempre es posible, entre otras cosas porque la dotación presupuestaria no siempre se mueve al ritmo y en la dirección deseada, eso es así.

  • Última actualización
    12 junio 2019 18:17

¿Qué podemos decir de un país en el que no existe un pacto de Estado por la educación? Sí, ya sé que lo del pacto podría extrapolarse a la sanidad y a otros ámbitos de extraordinaria importancia como las infraestructuras... pero para empezar me conformaría con la educación, así, en sentido amplio, porque creo que con personas bien formadas es mucho más fácil construir cualquier cosa, ya sean puentes o servicios de atención primaria.

Dicho lo cual, que me estoy yendo por otro camino, debo reconocer que los gestores de lo público tienen razones más que suficientes como para desesperarse ante la lentitud o inexistencia de mecanismos que determinen la eficiencia de una administración y articulen soluciones y recursos para solucionar los problemas existentes.

Ornella Chacón, la fugaz expresidenta de Puertos del Estado, explicaba con acierto en una entrevista a Diario del Puerto que las Autoridades Portuarias contaban con personal suficientemente profesional como para tener que fiscalizar su tarea también en el Organismo Público. Dicho de otra forma, si los directivos de un puerto concreto han emitido ya un informe y valoración de un asunto en particular hay que considerarlo como una tarea hecha, por lo que es innecesario retomar el asunto para llegar a la misma conclusión y conviene acelerar trámites para llegar a ser más eficaces.

Seguimos aterrizando. Cuando una autoridad portuaria reclama recursos insistentemente para dotarse de personal, o simplemente solicita que la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) dé el visto bueno para la provisión de nuevas plazas, deberíamos confiar en que la solicitud no se fundamenta en un interés por colocar a familiares, cuñados y allegados, sino en una necesidad real y demostrable.

Cuenta la administración con un par obstáculos importantes en este sentido. Por una parte, el despilfarro demostrado o la malversación de fondos públicos que unos y otros se han empeñado en elevar a categoría de arte y, por otro lado, la eterna figura del “funcionario de turno afuncionariado” que todavía pulula por alguna oficina y que acaba por demonizar al resto de compañeros y a la propia institución.

Es hora de que comencemos a confiar en el buen hacer de la administración pública. Concurrir a un concurso para optar a una plaza hoy en día es someterse al escrutinio de la opinión pública y hay que ser muy malpensado, o tener muy mala leche, para pensar que se puede manipular un proceso de selección porque ya no solo se pone en duda la honorabilidad de una institución sino también la de todas las personas que integran los diferentes tribunales.

Soy perfectamente consciente de que todos y cada uno de ustedes conocerán algún caso en el que... Efectivamente, pero estamos hablando de evolucionar y de seguir avanzando, por lo que no es bueno pararse a revisar errores del pasado, menos todavía cuando somos capaces de articular soluciones eficientes e inteligentes.