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La carretera se merece más soluciones y menos rollos

Las gentes del transporte de mercancías por carretera no se lanzan a quemar contenedores porque son buena gente. Las cosas como son. La pasada semana, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, desde la Dirección General de Transporte Terrestre, les presentó “el esquema general” del plan de impulso de la sostenibilidad del transporte de mercancías por carretera, una de las medidas contempladas en la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030. 

  • Última actualización
    16 abril 2021 16:22

Sobre el papel, todo OK, todo bonito, muy green, muy europeo, muy ODS, muy Agenda 2030. Las medidas abarcan los tres ámbitos de la sostenibilidad (el económico, el socio-laboral y el ambiental) y abordan los retos ante los que tendrá que batallar el transporte de mercancías por carretera en cada caso. Pero, y aquí es donde me imagino a los del transporte convertirse en el emoji de la cara naranja con el letrerito -ya saben cuál les digo, ¿verdad?-  en realidad, lo que recopila el nuevo documento no son más (o al menos en gran parte) las demandas que el sector lleva realizando desde 2018. 

El Comité Nacional del Trasporte por Carretera escuchó atentamente la explicación que le daba el director general, Jaime Moreno, que dijo que se avanzará “de manera equilibrada en la mejora de las condiciones de trabajo de los profesionales del sector”. Esto... ya, claro. Si llevan años esperándolo. 

La implantación de los compromisos del Gobierno se eterniza y cuando aparece este nuevo Plan el hastío, el aburrimiento y la frustración se abren paso en ellos. Normal

La situación es crítica. Lo era antes del estado de alarma. Lo será después de que se levante. No nos olvidemos de que se llegó a convocar una huelga y que se suspendió por la confianza depositada en que el diálogo, esta vez sí, serviría. Pero (qué odiosos son los peros) no ha sido así. La implantación de los compromisos del Gobierno se eterniza y cuando aparece este nuevo Plan el hastío, el aburrimiento y la frustración se abren paso en ellos. Normal. 

Además, ya nos están comentando que las medidas avanzadas por el Ministerio no son tan buenas como parecen. Fenadismer, por ejemplo, ya ha puesto en duda las relativas al establecimiento del pago por el uso de las infraestructuras viarias (¿imposición de peajes?), a la ampliación de los pesos y dimensiones de la actual flota (las 44 toneladas) o la regulación de los duotraileres. Fenadismer recuerda que el mismo Ministerio se comprometió a no poner en marcha las 44 toneladas o los peajes a camiones sin el consenso del sector, así que, tendrán que estar atentos cuando se retome el diálogo para concretar el Plan (lo del jueves fue la presentación de un borrador -más eternización del asunto-) en unas semanas.

También hay cositas que están bien, obvio, solo faltaría. A saber:  la continuidad de las ayudas para formación o el abandono, las nuevas ayudas (englobadas dentro del Plan de Recuperación) para impulsar la digitalización, los aparcamientos seguros o para la renovación de vehículos industriales (no camiones).  What? ¿Los camiones se quedan fuera? ¿He leído bien? Sí, he leído bien. ¿Pero no es importante reducir la huella de carbono del transporte (más del 85% de las mercancías se mueven por carretera)? ¿Por qué dejar fuera a los camiones? ¿Quizá están pensando en que la tecnología, hoy por hoy, no ha alcanzado un nivel de rentabilidad adecuadita para que las empresas inviertan en la compra de vehículos eléctricos, híbridos enchufables o de pila de combustible (hidrógeno)? ¿Será eso o es mucho pensar? Además, se han dejado fuera a los de gas natural. ¿Pero no buscamos reducir emisiones? #Meexplotalacabeza 

Bueno pues, aun así, las empresas siguen apostado por renovar o ampliar sus flotas con unidades menos contaminantes y más eficientes. Para que luego digan que son los monstruos de las carreteras y que merman la salud con sus humos.  Si es que se escuchan tantas tonterías...