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La industria de cruceros pone a prueba su resiliencia ante su mayor desafío

Con más de medio planeta confinado y unas perspectivas  económicas devastadoras a corto, medio y largo plazo, la idea de disfrutar las próximas vacaciones a bordo de un crucero   suena  utópica e irrealizable. Las prioridades son ahora otras bien distintas. Los efectos económicos de la pandemia, ya presentes, son imprevisibles.  Y si existe un sector económico que se está viendo especialmente  afectado ese es el turismo.

  • Última actualización
    06 abril 2020 14:36

La industria de cruceros, concretamente, está sufriendo el impacto de las restricciones a la movilidad y de las masivas cancelaciones, aunque la mayor preocupación es conocer si, tal y como muchas voces pronostican, la pandemia provocará un cambio en los hábitos de los viajeros relacionado con las particulares características de este tipo de turismo. A pesar de que la industria crucerística ha demostrado su resiliencia en los momentos difíciles, el escenario que se abre ahora es totalmente nuevo e impredecible.

 

Percepción pública

El miedo es un mal compañero de viaje, una pesadilla para cualquier negocio, y en una industria multimillonaria como la de los cruceros, esta combinación puede ser letal. Las recientes imágenes de buques de crucero con pasajeros infectados de Covid-19, vagando por los mares sin rumbo fijo, a la espera  de recibir autorización para atracar tras ser rechazado en los puertos de escala programados, transmiten al público una imagen catastrófica cuyo impacto en la percepción sobre esta alternativa vacacional resulta demoledora. De hecho, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la agencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., advierten de que “un entorno de crucero” puede aumentar el riesgo de infección. 

 

Riesgo cero

El margen de maniobra de las navieras ante esta crisis es limitado. Cruise Lines International Association (CLIA) señala que el sector se encuentra ante una situación “sin precedentes” aunque confía en que la suspensión de operaciones “nos permita centrarnos en el futuro y volver a la normalidad lo antes posible”. Para ello, se contemplan medidas para recuperar la confianza del cliente, como la flexibilización de las políticas de cancelación  o una posible rebaja de precios, aunque la única solución es la más difícil de cumplir, tanto en tierra como a bordo:  garantizar el riesgo cero de infección.

Las líneas navieras confían en que la marcada fidelidad de los viajeros de crucero les permitirá recuperar buena parte del mercado una vez se erradique la pandemia

Covid-19: el polizón letalDesde que el 4 de febrero se conociera que en el crucero “Diamond Princess”, que había zarpado el 20 de enero de Yokohama (Japón), se había detectado la presencia del virus, han sido varios los buques que han reportado casos de infecciones entre pasajeros y tripulantes, con varios fallecimientos. Sin duda, el del “Diamond Princess” ha sido el que mayor alarma generó, tanto por ser el primer caso conocido como por el número de infectados.

El buque viajaba con 3.711 personas a bordo, entre pasajeros y tripulación, y tras realizarse los correspondientes tests, se detectaron 712 casos positivos. El número de fallecidos se elevó a 12. Otro caso fue el del “Ruby Princess”, que recibió permiso para atracar en Sydney (Australia) con 662 casos positivos, de los que fallecieron 13.

El más reciente es el del crucero “Zaandam”, que el viernes 3 de abril pudo atracar en Fort Lauderdale (Florida) con 1.829 personas a bordo. Había partido de Buenos Aires (Argentina) el 7 de marzo con destino a Chile, pero tras confirmarse el brote de Covid-19 ningún país quiso permitir su llegada a puerto. Se registraron 112 positivos y  2 muertes.

El recuerdo del “Costa Concordia”Si los viajeros dan la espalda a los cruceros en sus planes vacacionales, no está claro durante cuánto tiempo podrá soportar la industria la pérdida de ingresos antes de recurrir a medidas drásticas de reducción de costos, como los despidos. La pandemia ha cortado de raiz una excelente racha de seis años ininterrumpidos de incremento de facturación y pasajeros. Antes de que el Covid-19 saliera de las fronteras de China, las predicciones cifraban en 32 millones los pasajeros que navegarían en cruceros en todo el mundo en 2020, frente a los 30 millones del año anterior.

Para satisfacer esta creciente demanda, las compañías de cruceros  tenían previsto poner en servicio un total de 19 nuevos buques en 2020, que se añadirían a los 278 cruceros registrados como miembros de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), que representa a 55 navieras. Esta industria genera unos 1,17 millones de empleos, con 46.500 millones de euros en salarios y una facturación global de 140.000 millones de euros. 

Con estos datos, la industria de cruceros confía en su resiliencia para superar esta crisis. Antes hubo otras, como el naufragio del “Costa Concordia” en Italia en 2012, que causó 32 muertos, e hizo que la demanda de viajes en crucero se desacelerara a un crecimiento de aproximadamente 2% a 3% por año, en comparación con los anteriores incrementos anuales del 7% en la industria.

El coronavirus ha paralizado la flota pero el sector confía en que el alto nivel de fidelidad de los pasajeros les permita recuperar buena parte del mercado cuando todo pase.