Fernando Vitoria
Durante las últimas semanas de diciembre y principios de enero, el precio de los combustibles descendió notablemente. Evidentemente, es un alivio para el sector del transporte por carretera, pero ¿hasta cuándo se mantendrá esta situación? ¿Son suficientes las ayudas planteadas por el Gobierno?
Manuel Perezcarro, secretario general de FROET y CETM Frigoríficos, asegura que tanto el descenso del precio de los combustibles como el hecho de que se mantengan las ayudas del Gobierno son “buenas noticias”, pero cree que además es necesaria “una mayor estabilidad en los precios que permita a las empresas hacer una previsión de gastos sin tener que dejar sus decisiones empresariales en manos de la improvisación”.
“Si 2022 fue el año de la negociación y los acuerdos, diría que 2023 será el año de la incertidumbre; todos tenemos la esperanza de que el contexto cambie, pero creo que después de las experiencias vividas debemos ser reservados para el futuro. De mantenerse los precios del combustible al alza, a partir del 30 de junio el Gobierno tendrá que seguir tomando medidas correctoras y, muy especialmente, vigilar el comportamiento de los precios y las políticas comerciales de las grandes petroleras con el fin de que nadie pueda sacar beneficio de estas circunstancias especiales que estamos viviendo”, asegura el secretario general de FROET.
Mucho más vehemente, el presidente de ATFRIE, José María Arnedo asegura que “habrá que esperar a ver en qué vía crucis nos encontramos el momento en el que el Gobierno diga que se han acabado las ayudas para exigir que se mantengan y, si hace falta, tomar alguna medida de presión, pues la tendremos que tomar”.