La declaración del estado de alarma como principal instrumento para combatir la propagación del virus está generando nuevos retos logísticos de toda índole que el sector está afrontando con una denodada capacidad de adaptación dado lo convulso de la demanda y las alteraciones en la oferta.
Hay que recordar que el estado de alarma decretado el sábado por el presidente del Gobierno no sólo no incorpora ninguna limitación a la actividad del transporte y la logística, sino que el sector es considerado esencial para garantizar el abastecimiento de la población, manifestándose, más que nunca, su reconocimiento como sector estratégico.
Esto es así hasta el punto de que el domingo se publicó una orden ministerial del ministro de Transportes por la cual se busca garantizar los servicios básicos de los transportistas así como su movilidad, clave para asegurar uno de los aspectos esencial en la actual situación: el abastecimiento.
Hay que recordar que ayer mismo la patronal Fenadismer denunció las dificultades de muchos conductores de acceso a los servicios básicos en determinadas gasolineras, así como UNO lamentó la paralización de algunos vehículos que no portaban bienes de primera necesidad, cuando lo que se garantiza por el estado de alarma es la libertad para el transporte de todo tipo de mercancías.
Hay que subrayar que el abastecimiento, con una demanda además desbordada por el pánico, está provocando que en el sector del gran consumo de alimentación y productos de primera necesidad, operadores logísticos y transportistas por carretera estén reforzando sus medios y operativas para lograr servir todos los días a los puntos de venta.
A la inversa, el cierre decretado por el estado de alarma de restaurantes, bares, discotecas, tiendas y comercios de todos tipo que no sean estancos gasolineras y alimentación ha hecho en las últimas horas que se desplome el canal Horeca y del Retail con la consiguiente necesidad de adaptación igualmente del sector logístico a esta situación de la demanda.
La declaración del estado de alarma como principal instrumento para combatir la propagación del virus está generando nuevos retos logísticos de toda índole
Por si esto fuera poco, los retos de adaptación también están viniendo por el lado de la oferta. En el caso del transporte aéreo, la única restricción que marca ahora mismo el Gobierno español afecta a los vuelos con Italia. Ahora bien, son innumerables las restricciones de gobiernos extranjeros a los vuelos desde España, lo que está multiplicando en las últimas horas la suspensión de los vuelos de pasaje de muchas aerolíneas en España y que el sector de la carga aérea esté adaptándose con alternativas como la operación de vuelos cargueros o bien mediante el posicionamiento de la carga en los grandes hubs europeos a través de camión.
Otro ámbito que está requiriendo de gran adaptación es el de la paquetería, con un aumento de la demanda en los últimos días ante el crecimiento del comercio electrónico por la permanencia de los consumidores en sus hogares, siendo necesarios nuevos medios y procesos adaptados además al Covid-19.
El dato: Más de 15
Si bien el estado de alarma ha sido decretado en España por un periodo inicial de 15 días, el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, ya avanzó ayer que este periodo se antoja ahora mismo como insuficiente y muy probablemente habrá que ampliarlo dado el avance de la enfermedad.
100% teletrabajo
La adaptación a las nuevas exigencias del estado de alarma por el coronavirus alcanza todos los ámbitos de la logística y todos los ámbitos operativos.
Por ejemplo, ayer el Organismo Público Puertos del Estado (OPPE) acordó que la práctica totalidad de su personal, a excepción del equipo directivo, siga operando a pleno rendimiento pero mediante técnicas de teletrabajo, en el marco de las medidas adoptadas por la pandemia.
De esta forma, una vez que la semana pasada se establecieran diversos turnos rotatorios como primera medida, ahora OPPE ha dado un paso más arrancando esta semana con el acuerdo del cierre total de sus instalaciones centrales, limitando la actividad en las mismas al personal directivo.
Dentro de lo que se ha denominado Fase 2, ayer se anularon los turnos y la totalidad del personal pasará ahora a ejercer su actividad mediante técnicas de teletrabajo, garantizándose la plena operatividad del organismo público.
José Luis Ábalos y María José Rallo, al frente de la crisis
La importancia del transporte y la logística en tiempos de crisis viene corroborada por la decisión del Gobierno de establecer, ante la pandemia del coronavirus y el estado de alarma decretado, un mando único, encarnado en la persona del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de un mando delegado, en este caso integrado solamente por cuatro ministerios: Sanidad, Defensa, Interior y Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
De esta manera, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha pasado a ejercer ese mando delegado que, de cara a la opinión pública se traduce desde el domingo que las hasta ahora comparecencias del ministro de Sanidad han dejado de ser en solitario para estar acompañado por Ábalos y los homólogos de Defensa e Interior.
De igual forma, de cara a informar diariamente del estado de la crisis, ya no sólo se va a informar de la vertiente sanitaria, como hasta ahora venía haciendo en solitario el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Francisco Simón.
Desde ayer, en la comparecencia diaria, Simón está acompañado por dos representantes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil en representación del Ministerio del Interior; por el jefe del Estado Mayor del Ejército, en representación del Ministerio de Defensa; y por la secretaria general de Transportes y Movilidad, María José Rallo, que pasa a ser a partir de ahora el rostro visible del Ministerio de Transportes a la hora de dar cuenta del impacto de la crisis del coronavirus en esta actividad más que nunca estratégica.