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“No necesito el aplauso; tú harías lo mismo”

Los días son ahora más “fríos” en CSP Iberian Zaragoza Rail Terminal, pero todo se suple con el tesón, la pasión y la dedicación de profesionales como Fernando Mulas, gruista de la terminal intermodal de PLAZA desde hace muchos años y hoy en primera línea en estas horas de dura pandemia.

  • Última actualización
    06 abril 2020 14:48

“Ya no tenemos la relación de cercanía con los compañeros de antes, ni las charlas en los descansos para contarnos las batallas del día a día”, relata Fernando sobre esta situación excepcional que se vive en la terminal por culpa de la pandemia. “Ahora todas las conversaciones son por radio y desde nuestra propia grúa cada uno, ya que por prevención tenemos cada uno asignada la misma y ya no hay intercambio”, asegura Fernando.

Esta es una de las medidas que se han aplicado en la terminal para multiplicar la seguridad entre todo el personal. Como señala Carolina Gay, directora de CSP Iberian Zaragoza Rail Terminal, “gracias a este equipo humano que tenemos que es estupendo nos estamos cada día adaptando a las nuevas exigencias que van surgiendo. Hemos cambiado todos los turnos, con periodos de 2/3 días para que el personal pase el mínimo tiempo posible en la terminal; hemos restringido el acceso a las oficinas a cualquier persona; o hemos limitado la gestión documental a la mínima expresión”, detalla Carolina, que igualmente pone en valor el esfuerzo de los operarios para trabajar en todo momento con mascarillas y guantes y utilizar los geles y demás material indispensable, algo que para Fernando no representa ningún problema.

CSP es la empresa explotadora de la terminal de PLAZA “con la que mejor hemos estado jamás en materia de seguridad. Se lo toman muy en serio y estamos teniendo todas las medidas de protección necesarias, lo que no dificulta nuestro trabajo. Es más, todas las tareas que se hacen, se hacen aún más rápido, más ágiles, dado el ritmo operativo de estos días y pese a que el protocolo de la llegada de camiones es ahora más lento por las medidas de seguridad”, apunta Fernando.

Hablamos, como señala Carolina Gay, de un ritmo operativo que cambia cada semana: “Hasta que se amplió el estado de alarma la actividad se mantenía con regularidad. Ahora, esta semana se ha resentido por el frenazo de la industria, además de otros cambios como el incremento del tiempo de estancia de la mercancía en la terminal”.

A la hora de afrontar la tarea, los sentimientos de Fernando son “encontrados”. Por un lado, “me siento satisfecho y muy afortunado. Por otro, no dejo de pensar en las noticias tan duras que llegan de los hospitales y en la gente que pierde su trabajo”.

“Uno no puede luchar contra todo y, por eso, estoy contento que desde mi trabajo puedo aportar mi grano de arena para que todo el mundo pueda recibir aquello que ahora mismo más necesita y contribuir a que el caos sea menos doloroso”, detalla Fernando, no sin ser muy claro al asegurar que, pese a la tarea que está realizando “no necesito el aplauso. Claro que te gusta que valoren tu labor y que te den las gracias y es emocionante aplaudir cada día a los sanitarios por lo que están haciendo. Pero yo no quiero el aplauso por lo que hago. Tú, cualquiera, todo el mundo lo haría igual si estuviera en mi caso”.

“En el fondo soy un afortunado. Son muy duras las noticias de los fallecidos y de la gente que pierde su trabajo y que no sabemos si se va a volver a enganchar. Es un orgullo aportar mi grano de arena, pero no merezco ese aplauso dado lo que están pasando otros”, concluye Fernando, que en lo primero que piensa cuando acabe todo esto es en “poder sacar a mis hijos de casa, ver a mis padres, abrazarlos, disfrutar y, sobre todo, aprender a valorar el mundo que tenemos, la naturaleza, y no olvidar nunca todo lo que estos días están haciendo los profesionales sanitarios”.