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Las siglas más hot

Los presidentes más hot del momento, Pedro Sánchez y Justin Trudeau, se reunieron el fin de semana en Montreal para hablar de esa agenda progresista que dicen tener ambos -y que incluye la defensa de la igualdad de género y la lucha contra el cambio climático-, de fortalecer las alianzas bilaterales establecidas para afrontar los grandes retos globales (por lo visto al ser de la misma generación hablan el mismo idioma) y analizar el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá, el CETA, que llevará la relación España-Canadá hasta el infinito y más allá.

  • Última actualización
    25 septiembre 2018 00:00

Por el momento, las previsiones que tenemos sobre la rentabilidad del acuerdo son optimistas. Todos creen que se venderá más y mejor y que se comprará más y mejor, así que, lo que entra por lo que sale, quedamos en tablas, pero con más cosas en el armario, que a fin de cuentas es lo que interesa al sistema capitalista. Que el dinero fluya sin descanso. Por el momento, desde la Cámara de Comercio de Valencia nos dicen que desde su entrada en vigor (recordarán que desde el 20 de septiembre de 2017 está en marcha provisionalmente, a falta de la ratificación de sus partes más polémicas y de que una parte de los Estados miembros completaran los procedimientos nacionales de ratificación del mismo -España ya lo ratificó-), las exportaciones de la Comunitat Valenciana a Canadá han experimentado un incremento cercano al 25%. Además, dice el informe que "el progresivo desarme arancelario del mercado canadiense para los productos agroalimentarios e industriales procedentes de la Unión Europea, y en concreto, de la Comunitat Valenciana, animará a medio plazo a nuevas empresas valencianas a entrar en el mercado canadiense, no sólo por el mercado en sí, sino también como plataforma para entrar en el mercado estadounidense". Así que, por lo que parece, todo son ventajas. Por el momento, exportamos frutas y frutos frescos y vehículos; e importamos, aeronaves. ¿Se mantendrán las producciones? ¿Se alcanzarán los objetivos marcados en Europa para el CETA? ¿Se velará para que sea así o tendrán razón los partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales que lo rechazan argumentando que los principales beneficiarios son las multinacionales y los lobbies?Mientras esperamos a conocer las consecuencias económicas y sociales de este acuerdo, prepárense porque tendremos que esperar de 5 a10 años para poder valorarlo bien; hablemos de la necesidad de que se incorporen sí o sí los corredores Valencia-Zaragoza y Valencia-Madrid como ejes prioritarios de la Unión Europea en los corredores TEN-T. En el primer caso, parece que la cosa está más clara. Cualquiera que observe las condiciones en las que se opera la ruta se percata de que no se puede concurrir al mercado moviendo las mercancías en un tren del siglo XIX en pleno siglo XXI. No hay competitividad posible. Punto. En el segundo de los casos, la cosa se difumina porque como ya existe y está a pleno funcionamiento (el eje Valencia-Madrid-Lisboa concentra más del 40% del tráfico portuario de contenedores de la Península Ibérica), parece que es de ser pedigüeño hacerlo. Pero no es así. Los políticos deberían centrarse en conocer los proyectos antes de extraviarlos por su inacción. Pendientes estamos de que las enmiendas presentadas y aprobadas por todos (subrayo el todos) los europarlamentarios valencianos ante la UE den sus frutos. Pendientes estamos de que las infraestructuras fundamentales para el crecimiento futuro reciban, o no, las ayudas e inversiones que merecen y con las mismas condiciones que otros corredores. Ni más, ni menos. Con las mismas condiciones. Pendientes estamos cuando esto tendría que haber estado resuelto desde el minuto 1. Una pena.