Resulta ridículo el virtuosismo que el sector logístico se gasta para hacer referencia al que a día de hoy es su cliente por antonomasia.Condenados a la exaltación del subterfugio y rendidos a la santificación el eufemismo, las conversaciones formales y, sobre todo, informales transitan por una especie de código de sobrentendidos que, lamentablemente, no emanan ni de un exceso de celo profesional ni tan siquiera del temor a que la competencia se entere de algo que no debe. La verdadera clave es el miedo, qué digo, el terror que impone “quien tú sabes”, militante en su discreción fundacional pero, sobre todo, obsesionado con no traslucir ni el más mínimo detalle de sus eficiencias y, mucho menos, de su implicación en cualquier iniciativa general de optimización.Y así andamos, como con Lord Voldemort en una novela de J.K. Rowling, pues “el que no debe ser nombrado” tiene tantos huevos en tantos cestos, pero a su vez a tantos cestos les va la vida en esos huevos, que no queda más que resignarse al silencio, no sea que “el innombrable” saque la varita y te quite la tortilla.La pena es que muy pocos han sublimado tanto en este país la logística como “quien tú sabes” y, lo más importante, “quien tú sabes” podría hacer mucho por la logística de este país de cara a la opinión pública.Para ello, este Suricata cree que sería de gran ayuda seguir el estilo Harry Potter y pronunciar sin complejos “INDITEX” con todas sus letras y sílabas.
