Ante todo, mis disculpas por permitirme hoy el lujo de hablar aquí un poco de nosotros. De los periodistas que hacemos posible cada día una nueva edición de Diario del Puerto.
Sí, ya sé que ahora mismo estarán pensando que ya hemos celebrado nuestro 25 aniversario, el pasado jueves, y que podemos pasar página y hablar de otra cosa. Por eso empiezo el artículo pidiéndoles disculpas. Por si les resulto un poco pesada.
Pero no quería dejar pasar esta oportunidad para agradecerles sinceramente, a todos y cada uno de ustedes, nuestros lectores y suscriptores, que nos hayan permitido acompañarles durante estos 25 años.
En este tiempo -11 años en mi caso en esta casa... o 12... ya no me acuerdo, si les soy sincera-, ha habido días de todo en la relación entre nosotros, los periodistas, y ustedes, nuestros lectores, fuentes de información, suscriptores, anunciantes. En ocasiones, la relación ha sido difícil porque a veces no gusta -y puedo llegar a entenderlo- que pongamos negro sobre blanco informaciones que no son todo lo buenas que ustedes desearían. Otras veces la dificultad viene porque donde dije digo, digo Diego. O porque alguien tiene un ataque de sinceridad y luego se arrepiente. O no se arrepiente pero desde arriba le pican la cresta. Que de todo hay en la viña del Señor. También puede ser que el problema se genere por una mala interpretación de las cosas por nuestra parte. En ese caso, mis más sinceras disculpas.
En otras ocasiones, las más por cierto, las relaciones han sido mucho más que afables. Pero en cualquier caso, lo que quiero resaltar aquí es que, haya habido o no diferencias, el pasado jueves muchos, muchísimos de ustedes, nos demostraron el cariño y el respeto que nos tienen. Y eso es algo de agradecer. Una vez más, muchos de nuestros lectores, suscriptores, anunciantes y fuentes de información tuvieron el detallazo de desplazarse hasta Valencia para acompañarnos en la celebración de nuestro aniversario. Y eso es algo que, les garantizo, no vamos a olvidar.
Me gustaría que, tras leer estas líneas, tuvieran claro que el trabajo de periodista tiene poco o ningún sentido si no están ustedes al otro lado. Si no mantenemos un feedback. Se lo digo a muchos cuando me envían mails comentando tal o cual noticia, tal o cual artículo. Y no lo hago por quedar bien. Lo hago porque, sinceramente, así lo pienso. Mi motivación al escribir es que al otro lado haya alguien que lea. Y esté o no de acuerdo con ello. Pero que lea y que se atreva a decirme su opinión al respecto. Eso ya es lo máximo.
Por eso desde este espacio quiero animarles no solo a que nos permitan pasar otros 25 años más, como mínimo, compartiendo los días con ustedes. Sino que les aliento a interactuar con nosotros más y mejor. Yo, y estoy segura que también todos mis compañeros, se lo agradeceré profundamente.
Y ya que hablo de agradecimientos, no puedo dejar de felicitar a aquellas personas que el jueves recibieron públicamente nuestro reconocimiento y de agradecerles, también, que accedieran a viajar hasta Valencia para compartir con nosotros un momento tan especial. Son todas y cada una de ellas personas que nos han hecho más fácil este camino (a veces con nuestros desencuentros también, no crean) y que, sobre todo y por encima de todo, creen en el valor y en la utilidad de la comunicación. Gracias a todos una vez más.
