La Asociación de Navieros Españoles (ANAVE) estima que la entrada en vigor el próximo 1 de enero de 2020 de la nueva normativa de la OMI para la reducción del contenido de azufre en el combustible marino al 0,5% va a tener un coste anual para el sector naviero de 60.000 millones de dólares.
Este impacto está calculado en base al uso generalizado que van a hacer las compañías navieras de los nuevos combustibles bajos en azufre, cuyo coste se calcula ahora mismo que va a estar en torno de los 600 dólares por tonelada frente a los 400 dólares del fueloil.
Esto supone un incremento del coste del 50%, lo que da una idea del esfuerzo que va a conllevar esta importante aportación de la industria marítima al medioambiente.
Según cálculos que maneja ANAVE y que ayer hizo públicos en un encuentro con los medios de comunicación su director general, Manuel Carlier, de los aproximadamente 65.000 buques mercantes que existen en la actualidad, sólo del orden de 4.000 han apostado por la implantación de scrubbers y, por tanto, seguirán utilizando fueloil. Son algunos de los buques más potentes y de gran tamaño del mercado pero, en conjunto, representan apenas un 15% de la “potencia” total.
Esto implica que el resto de buques a partir del 1 de enero van a optar por el gasóleo tradicional o por las nuevas mezclas 0,5% de azufre, de ahí el fuerte impacto en el coste para el conjunto del mercado naviero.
La baja apuesta por los scrubbers no tiene que ver en principio con el periodo de recuperación de la inversión (1-2 años) sino ante todo por la disponibilidad a futuro del fueloil en función de como evolucione el mercado.
Este asunto de la disponibilidad es una de las grandes claves a la hora de la entrada en vigor de la normativa el 1 de enero, pues como ayer aclaró Manuel Carlier “no está nada claro que haya disponibilidad de combustibles en todos los puertos”. Y es que en determinados enclaves portuarios, al estar limitado el número de depósitos, los operadores deberán valorar si tienen disponible fueloil, gasóleo o “0,5” lo cual puede conllevar que no en todos los puertos se pueda repostar para todas las opciones.
No hay que olvidar que desde el 1 de enero taxativamente no se podrá utilizar fueloil salvo en buques con scrubbers, mientras que el periodo transitorio fijado hasta el 1 de marzo es sólo para llevar a bordo combustible no reglamentario en el marco del proceso de cambio.
Esto suscita aún más retos pues ahora mismo los nuevos combustibles “0,5” no son mezclables en función de los distintos fabricantes. Esto restringe aún más si cabe los repostajes, estando en curso una norma ISO al respecto que los fabricantes aún tienen que anunciar cuándo se aplicará.