La legislatura no pudo empezar peor para la carga aérea en España al decidirse la supresión del otrora buque insignia para su promoción: CLASA. Con todo, a la larga el sector salió ganando al sucederle una Dirección de Carga Aérea de AENA implicada y con una renovada apuesta estratégica por el sector, con medidas que mostraron su voluntad de poner las infraestructuras y el esfuerzo comercial al servicio de la generación de tráfico y no de la recaudación.Todo ello en un contexto de profunda transformación del sector aeroportuario. Si hay un ámbito de gestión del Ministerio de Fomento en el que el cambio fue en esta legislatura más rotundo ese fue, sin duda, el transporte aéreo, con un gestor aeroportuario en pleno proceso de desmembración y agobiado por las pérdidas y las deudas que, en apenas tres años, pasó a dar beneficios y a protagonizar una de las salidas a bolsa más exitosas de la última década.La recuperación de los tráficos de pasajeros y la vuelta de la carga a máximos históricos son un síntoma de la nueva tendencia impuesta en el sector.