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El primer semestre de 2022 consolidó la dispar evolución de la carga aérea en España por aeropuertos y por mercados, fruto del diabólico enjambre de crisis en el que nos encontramos y de los efectos tan distintos y variables según sus protagonistas.
Llama la atención ver cómo mientras Madrid-Barajas cerró el primer semestre en máximos históricos, Zaragoza agudizó su retroceso hasta situarse en niveles de 2017, ejemplificando ambos aeropuertos la recuperación en la crisis pandémica frente al agudizamiento de la crisis de Ucrania.
Tras el crecimiento del 14,4% en el primer trimestre, en el segundo trimestre la carga aérea en la red Aena redujo su ratio al +5,8%. Esto tuvo como consecuencia cerrar el primer semestre con 493,57 millones de kilos y un crecimiento con respecto a 2021 del 10%, si bien lo más importante es que con respecto a lo niveles prepandemia, el total de carga aérea siguió a una distancia del 1,2%. Madrid creció en el primer semestre con respecto a 2021 un 20,8%, lo que le permite crecer con respecto a 2019 un 5,5%. Vitoria creció con respecto a 2021 un 1,9% y está en un +16,6% con respecto a 2019. Barcelona es el que más creció con respecto a 2021, un 21,1%, para recortar su desventaja con respecto a 2019 hasta el -10,2%. Por último, Zaragoza se situó en un contexto muy negativo, al perder un 25,5% de tráfico con respecto al primer semestre del año pasado y ya estar un 17,4% por debajo del nivel de 2019.
