A priori, el proceso de licitación que ha lanzado Aena para una parcela de 40.470 metros cuadrados destinada a servicios handling en Barajas plantea numerosas incógnitas.
En primer lugar, la elevada superficie operativa implica una altísima exigencia para el operador que resulte adjudicatario.
En segundo lugar, las exigencias de ejecución son otro factor a tener muy en cuenta, pues hablamos de que en tres años debe estar en curso el 60% de la inversión comprometida y en 8 años quedar totalmente ejecutada.
En tercer lugar y como factor más decisivo están las exigencias económicas. Los 2,4 millones de euros de canon anual de partida, su actualización anual en un 2,5% y la inversión mínima de 15,7 millones de euros van a ser determinantes para cualquier proyecto.
¿Quién puede entonces aspirar a esta nueva instalación con estos condicionantes? Ni IAG Cargo, que renunció en su día a su proyecto interpistas, ni Swissport, en su permanente búsqueda de elevar la ocupación de su actual plataforma, parece que estén en disposición. Andino aún ni se estrenó y operadores como IAS están inmersos en un proceso acelerado de crecimiento, pero el salto cualitativo que plantea Aena conlleva retos enormes de rentabilización. WFS sería el candidato que a todo el mundo le viene a la mente, pero no olvidemos que su última plataforma no tiene ni un año y que un proyecto así requeriría reorganizar todas sus instalaciones, todo ello ajustándose a los nuevos cánones de Aena. Quedaría ACL, siempre en función de sus notables aliados, u otro gran operador global, pero apenas quedan sin tener presencia en Barajas...