Bilbao pide oxígeno para recobrar el pulso
Bilbao, miércoles 11 de noviembre de 2020. Al filo de las 11:00 horas, las emisoras de radio locales recuerdan el hito que supuso para la Villa la puesta en marcha, exactamente a las 11:11 horas del 11 de noviembre de 1995, de Metro Bilbao, el suburbano que 25 años después tiene una de sus bocas en Santurtzi, a escasos 5 minutos a pie del edificio de Bilboestiba CPE, situado en el acceso al Puerto de Bilbao por Higarillo.
- 12 noviembre 2020 01:00
- Última actualización
11 noviembre 2020 23:35
Sin embargo, tanto para el municipio de Santurtzi, donde buena parte de su población depende de forma directa o indirecta de la actividad portuaria, como para el propio Puerto de Bilbao, la fecha en el calendario tiene tan sólo el amargor de 34 días de huelga. Cualquier mañana de un miércoles de noviembre la coreografía en los muelles del Puerto de Bilbao se llena de barcos, grúas, máquinas, camiones y trabajadores en movimiento. Sin embargo este miércoles parece más un domingo en el que, eso sí, no hay nada que celebrar. Tal es la quietud en los muelles y viales del puerto. Inquietante.
“El tiempo que haga falta”
En el exterior del edificio de Bilboestiba, en una esquina, un grupo de seis estibadores matan el tiempo al sol. Conversan. Se les escucha mencionar el nombre de Ricardo Barkala, el presidente del Puerto de Bilbao. Son eventuales de Randstad. Quien accede a hablar dice llevar 13 años de “eventualidad”, acumulando 180 contratos en un año y cotizando sólo por dichos días. “Ha llegado el momento de plantarse”, dice justificando la huelga de los estibadores de Bilboestiba CPE, con quienes dice compartir lucha y objetivos.
El estibador defiende “con orgullo” la lucha que generaciones anteriores, incluyendo sus familiares, llevaron a cabo para “ganar derechos” y niega que los estibadores, eventuales o fijos, sean un colectivo privilegiado. “Desde fuera se ve de una manera pero desde dentro esta profesión es otra bien distinta”, defiende, mientras sus compañeros asienten. Asegura que las empresas no les han vuelto a llamar en las últimas semanas y que el objetivo de la huelga que comparten con los estibadores de Bilboestiba CPE es la “defensa de nuestro trabajo”.
Preguntado sobre cuánto tiempo se alargará el conflicto, no tiene reparos en asegurar que “el que haga falta” y aun siendo consciente de los perjuicios que está provoca en otros colectivos, como los transportistas o los trabajadores de otras empresas, replica que el conflicto “es duro para todos”. En todo caso, se muestra confiado en que se abra una nueva mesa de negociación, aunque sobre el papel de la Autoridad Portuaria en el conflicto, da por hecho de que Ricardo Barkala “no está con nosotros”.
”¿Y cuál es la fórmula para terminar con el conflicto?”, se le requiere. “No lo sabemos. Sólo queremos defender nuestro trabajo”, responde.
Cualquier miércoles de noviembre la coreografía en los muelles de Bilbao se llena de barcos, grúas, máquinas, camiones y trabajadores. Sin embargo este miércoles parecía un domingo en el que no hay nada que celebrar
Nuevo desencuentro entre sindicatos y empresasLos sindicatos y las empresas de Bilboestiba CPE volvieron a escenificar de nuevo sus diferencias en el transcurso de una reunión mantenida en la tarde de ayer y auspiciada por la Autoridad Portuaria de Bilbao, en la que como único punto del orden del día figuraba la propuesta de que ambas partes se sometieran a un arbitraje voluntario vinculante. Sin embargo, las reticencias de los sindicatos a aceptar dicho arbitraje vinculante alejan la posibilidad de una pronta desconvocatoria de la huelga.
El “Andrea”, atracado ayer en CSP Iberian Bilbao Terminal, junto al “MSC Ali” y el “Encounter”. Foto J.P. Los transportistas se reconocen “asfixiados y al borde del plante”Santi Sánchez se afana en regular el intenso tráfico de camiones que a media mañana intenta acceder a la terminal de contenedores. Son cientos los que lo intentan cada día en el contexto de una huelga de estiba que ha empeorado las condiciones de trabajo y ha rebajado sensiblemente los ingresos de los transportistas, que tras 34 días de huelga se ven “asfixiados y al borde del plante”, como reconoce el representante de Transport Bilbao, la Asociación de Transportistas Trabajadores Autónomos del Puerto de Bilbao.Y eso que las circunstancias han mejorado en las últimas semanas, como reconoce. “Antes sólo entraban unos 200 camiones diarios a la terminal y ahora son ya unos 500”, detalla. Ello ha hecho que la acumulación de camiones en el Espigón Central, donde aguardan su turno para acercarse a la terminal se haya reducido también de forma drástica. Cabe recordar que en el Puerto de Bilbao existen alrededor de 700 transportistas en el mercado del contenedor; unos 200 en carga general y otros 120 en el sector de volquetes, según recuerda Sánchez.“Esto es una ruina”En todo caso, el daño económico por la huelga de la estiba ya está hecho, reconoce. “De facturar entre 6.000 y 7.000 euros mensuales, ahora la cantidad ha bajado a entre 2.500 y 3.000 euros”, dice, advirtiendo de que el mantenimiento del camión tiene un elevado coste y de que “cada tres meses hay que pagar unos 3.000 euros en impuestos”. En esta situación, Sánchez reconoce que los transportistas “estamos al límite de nuestra paciencia” y aunque la relación de la directiva del sindicato con los estibadores haya sido “tradicionalmente buena”, muchos asociados no lo ven así “porque se sienten ahogados por esta situación”.El representante de Transport Bilbao reconoce también que hay miedo en el colectivo a adoptar una posición de fuerza o a realizar un plante, dados los negativos antecedentes con las autoridades de la competencia.Mientras tanto, Santi Sánchez apela a la responsabilidad de las partes en el conflicto para que alcancen una pronta solución ya que “el transporte no aguanta y esto es una ruina”. Al menos, cree que el colectivo de transportistas se está tomando la situación “con relativa calma”. Por ahora.
El edificio de Bilboestiba CPE, con grupos de estibadores en el exterior, varios de ellos eventuales. Foto J.P.