Menú
Suscripción

Bilboestiba alerta de una caída del tráfico a la mitad por efecto de la huelga

Bilboestiba CPE ha cifrado en 16 las escalas de buques pérdidas durante los primeros 15 días de la huelga de la estiba que arrancó el 9 de octubre en el Puerto de Bilbao y que amenaza con extenderse hasta el próximo 9 de noviembre. El efecto de estos paros, según las empresas estibadoras, ha sido la pérdida de casi la mitad del tráfico de mercancía general en comparación con la quincena anterior.

  • Última actualización
    26 octubre 2020 11:43

Durante los primeros 15 días de huelga de la estiba, el Puerto de Bilbao ha perdido 16 escalas de buques, un 18% con respecto a los datos de la quincena anterior, lo que ha supuesto que entre el 9 y el 22 de octubre se haya manipulado un 46% menos de mercancía general y un 48% menos de contenedores con respecto al movimiento registrado durante los 15 días anteriores, según los datos aportados por Bilboestiba, que añade como otra referencia significativa de las consecuencias de este conflicto, que la carga y descarga de camiones se ha reducido una media del 80%, siendo del 100% en algunas jornadas.

"Secuestro" de mercancías

Estas cifras lleva a Bilboestiba CPE a valorar las consecuencias de la huelga para la economía y el empleo en Euskadi, así como para el resto del área de influencia del puerto, como “muy graves”. Así, por ejemplo, destaca que más del 90% de las operaciones de suministro a la industria no han podido ser atendidas a causa de la actuación de los piquetes. El “secuestro” de estas mercancías, sostiene, pone en grave riesgo la actividad de las empresas, cuyos sistemas de producción se basan en niveles residuales de almacenaje compensado con el aprovisionamiento continuo y eficiente por parte de su cadena logística, que ahora se ha visto rota.

Servicios mínimos 

Asimismo, Bilboestiba reitera su denuncia sobre la actuación de los “llamados piquetes informativos, que se desplazan por las instalaciones portuarias coaccionando gravemente a otros trabajadores”. A su juicio, “estas amenazas son de tal calibre que han supuesto que muchos de ellos ha decidido no acudir a su puesto de trabajo por temer por su integridad física”.

Asimismo, las empresas estibadoras han mostrado ante las instituciones y la opinión pública la “impotencia e indefensión” que les produce el incumplimiento de los servicios mínimos decretados por la Delegación del Gobierno en el País Vasco.