La Asociación de Empresarios de Transportes Bajo Temperatura Dirigida, ATFRIE, ha defendido en un comunicado la honorabilidad del sector español del transporte internacional frigorífico de mercancías por carretera frente a las prácticas mafiosas de inmigración clandestina con Reino Unido.
En este sentido la honorabilidad de la flota internacional española “está fuera de toda duda”, ha defendido ATFRIE, asegurando que las empresas españolas no participan activamente del contrabando de personas, “sino de la prosperidad económica de España y alimentaria de los países de destino”.
A pesar de esto, ha añadido la asociación, los transportistas “sufren más que nadie cuando tienen la mala suerte de transportar vidas humanas que, en el mejor de los casos, las deportan a sus países de origen”. Las mafias, ha denunciado ATFRIE, han situado al sector del transporte frigorífico como el “cooperador civil necesario” para engañar a miles de personas que viven en civilizaciones no desarrolladas y en condiciones infrahumanos y que ponen su vida en peligro por encontrar un futuro más próspero en otros países.
“Si a ello le sumamos que las flotas españolas de este subsector de transporte tienen un posicionamiento de liderazgo en toda la Unión Europea, y son las que más toneladas transportan hacia Reino Unido, se agrava mucho más la situación teóricamente de sospecha que se tendría sobre ellas”, ha señalado ATFRIE.
El aumento de los controles migratorios en puertos como Dover y Calais han hecho que las mafias busquen otras rutas.
En 2002, ha explicado la asociación, Reino Unido empezó a aplicar el denominado “Inmigration and Asylum Act Section 32”, un férreo protocolo realizado por las empresas de transporte y los conductores profesionales para inspeccionar antes y durante todo el trayecto el vehículo y su conjunto.
Tanto en recintos portuarios como a la salida inglesa del Eurotunnel, los agentes aduaneros inspeccionan el conjunto articulado y solicitan a los conductores profesionales información sobre el cumplimiento del procedimiento legalmente establecido, según ATFRIE.
En el caso de encontrar polizones en los bajos del vehículo, dentro de la caja frigorífica (que puede alcanzar los 25 grados bajo cero), o entre el equipo frigorífico y la cabeza tractora, se les eleva una multa tanto a conductor de 400 libras por cada inmigrante encontrado, como a la empresa de 800 libras por cada uno. La responsabilidad la ostenta el propietario del vehículo, el posible arrendatario del mismo y el conductor.
Muchas veces, ha explicado ATFRIE, el sector ha lamentado el hecho y el alto precio que involuntariamente se ha de pagar ante el posible inmigrante que supera todo tipo de inspecciones y que se cuela.
“Incluso hay flotas españolas que, desde que se aplica la norma, no se ofertan para realizar transporte con destino Reino Unido”, ha asegurado la asociación, aunque añade que actualmente son pocas las que rechazan el transporte, dada las altas cifras en el tráfico de exportación español.
Hasta el mes de julio se transportaron a Reino Unido 996.487 toneladas de productos hortofrutícolas, un 6% más que en el mismo periodo del año pasado.
En este sentido, ATFRIE ha defendido la normativa de inspección y ha pedido el cumplimiento de la presunción de inocencia, “ya que lo que también es intolerable es que se considere al camión frigorífico como cooperador siempre de la inmigración clandestina, formando parte de la propia mafia”.