Las empresas de Bizkaia, al igual que las de toda Euskadi y resto del Estado, han tenido que sobrevivir a una crisis provocada por la pandemia y sus restricciones y a continuación sufrir la crisis de suministros ligada a ella, y en paralelo se han perdido muchos puestos de trabajo o se han iniciado ERTES masivos. De igual modo, están sufriendo, como todos los consumidores, pero las empresas especialmente, la subida del precio de la electricidad y el gas e, incluso, algunas otras no se salvan de sufrir también las consecuencias de la guerra en Ucrania.
Por ello, según Cámarabilbao, “en un momento en que parecía que podían levantar cabeza, este paro del transporte por carretera está estrangulando la cadena de producción al colapsar la cadena logística, y las reivindicaciones de unos pueden llevar a la ruina de otros”. Las consecuencias que pueda tener en la industria son más graves que la posibilidad de una falta de abastecimiento en comercios y que lo note el consumidor, hecho que de momento no se da más que en algunos productos puntuales y, sobre todo, por el efecto llamada y el excesivo aprovisionamiento de comida de algunos consumidores. Como han trasladado asociaciones empresariales y las propias empresas, el paro puede ser la puntilla para que muchas se vean abocadas a cerrar definitivamente al no poder atender sus pedidos, muchos de ellos internacionales, y no cumplir con los contratos firmados, lo que paralelamente implicaría despidos.
Cámarabilbao quiere manifestar, igualmente, su respeto a cualquier reivindicación, siempre y cuando sea pacífica, y repudia la intimidación y la violencia ejercida sobre aquellos que no la secundan.
Asimismo, reconoce y lamenta la mala situación por la que atraviesa el transporte por carretera por la subida, sobre todo de los combustibles, pero considera, en primer lugar, que ni las formas ni el momento para el paro son oportunas. En segundo lugar, le consta que una minoría está empujando a muchos autónomos a secundarla por temor y que la falta de representatividad y unidad, su atomización, hace complicado llegar a acuerdos. Y, en tercer lugar, la Cámara da un paso más allá y asegura que el transporte por carretera “necesita desde hace tiempo un análisis en profundidad, una reestructuración, ayudas para renovarse y mejorar, pero se le ha puesto más palos en la rueda que atenciones”.
“Cuando no se hacen reformas a tiempo y no se quiere ver las orejas al lobo, nos arriesgamos a que una situación tensa salte por los aires, y lo mismo ha pasado con el sector eléctrico. Los análisis y las reformas hay que realizarlas cuando las aguas están calmadas o empiezan a moverse, y la escucha y las ayudas deben llegar antes de que la situación estalle”, asegura.
Por ello, y aunque reconociendo en todo momento la importancia de un eslabón de la cadena tan importante como es el transporte por carretera y estar de acuerdo con su malestar, no aprueba este paro porque no se está permitiendo trabajar al que quiere ejercer su derecho, y porque está en peligro nuestra economía y el futuro de muchas empresas y sus trabajadores.