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Carmelo González advierte del actual clima de “tranquilidad tensa”

  • Última actualización
    03 junio 2025 14:35

Carmelo González ha celebrado esta mañana en Madrid su primera rueda de prensa como presidente de CETM.

MADRID. Durante su comparecencia Carmelo González, nuevo presidente de CETM, ha valorado la coyuntura sectorial y los datos de actividad del primer trimestre del año, que apuntan a un crecimiento del 7,1%, según el Ministerio de Transportes.

“Hay mucha variabilidad según los sectores”, señaló al respecto González, quien ha apuntado que “las cisternas no van mal, en los frigoríficos es un desastre, en la carga general los precios van a la baja pues no hay demanda, la automoción se está resintiendo por la bajada de la producción y en la paquetería la demanda no está fuerte”.

A partir de este análisis, Carmelo González ha insistido en las incertidumbres que amenazan al sector y en la importancia de preservar la sostenibilidad económica.

Al hilo de este análisis el presidente de CETM ha reclamado que las empresas del sector no pueden bajar la guardia e incidió en “que nadie se relaje ni deje de aplicar cuestiones como la cláusula del gasóleo” subrayando que “es importante lo conseguido”.

Como resumen de la coyuntura, Carmelo González ha asegurado que vivimos un momento con una “actividad demasiado pausada”, una “tranquilidad tensa”.

Durante su intervención, el presidente de CETM también se ha referido al proyecto de reducción de la jornada laboral semanal a 37,5 horas, del que advirtió que si sale adelante podría tener un impacto en los costes de las empresas de transporte por carretera del 6%, lo que “habrá que trasladar a las cuentas de resultados y a las tarifas”, ha asegurado González, quien no obstante aclaró que lo más preocupante no son solo los costes, sino cómo encajar las jornadas.

“Si ya nos cuesta con 40 horas y tenemos problemas, pues con 37,5 horas nos costará aún más y habrá que ver cómo se computan los distintos tiempos”.

En este contexto, González ha apuntado la posibilidad de que el transporte por carretera, como en otros países, quede exento de la reducción de la jornada y esto se compense al trabajador económicamente, pues una compensación con vacaciones y demás generaría los mismos problemas.