Si uno repasa los aspectos más destacados de la gestión de Ana Pastor en materia de transporte de mercancías por carretera, lo que detecta es que sus grandes virtudes han estado no en lo que ha hecho, si no en lo que no ha hecho.Se alaba que mantuviera las subvenciones a la formación y al abandono de la profesión; se alaba que España haya seguido siendo un país sin euroviñeta; y se alaba que, aunque el ROTT no haya visto la luz, de momento nada se haya cambiado en las condiciones de acceso a la profesión.Pero es que, además, han sido numerosos los ámbitos en los que Fomento intentó dar pasos en esta legislatura y tuvo que dar marcha atrás y dejarlo todo prácticamente igual. Ahí está el tema de los pesos y dimensiones, un melón que abrió el Ministerio con el apoyo de los cargadores y el rechazo absoluto del sector empresarial y que tras pretender aprobar las 44 tn de MMA o la altura de 4,5 metros quedará reducido en unas semanas a aprobar los megacamiones.Lo mismo se puede decir del régimen de módulos, en el que se logró un avance decisivo para luego dar un paso atrás con un nuevo parche.Y qué decir, por último, del céntimo sanitario. El gran éxito del acuerdo para el sector fue que el Gobierno accedió a devolverle lo que era suyo.