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Montero: “Todo el mundo ataca a la carretera, pero cada vez va a estar más fuerte: es imbatible”

El próximo 25 de marzo, Marcos Montero dejará la presidencia de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) en el ecuador de su tercer mandato. Han pasado diez años desde su llegada al cargo y algunos de los grandes males sectoriales siguen sobre la mesa. Además, uno tras otro se han ido superando distintos obstáculos y al mismo ritmo otros nuevos han ido surgiendo. Para Montero la clave de esta realidad está en la complejidad inherente a un sector en el que cree firmemente y que califica de “imbatible”.

  • Última actualización
    28 septiembre 2018 19:25

¿Por qué deja Marcos Montero en este momento la presidencia de CETM? ¿Por qué en la mitad del mandato?En las últimas elecciones, hace dos años, mi voluntad hubiera sido, si los órganos de Gobierno hubieran estado en otra disposición y si no hubiera tenido la cerrazón de mi comité ejecutivo, dejar el cargo.Por otro lado, se van acumulando cuestiones de índole personal. No estoy agotado. Estoy con ganas y puedo seguir al frente de CETM, pero son necesarios momentos de reflexión en la vida para saber qué pasa con tu familia, con tus negocios y con tu salud y eso es lo que ahora mismo ha pesado.Luego también creo que, no sé si por razones estratégicas o por razones de convicción personal, es mucho mejor que yo me retire de la primera fila para que sin mi presencia en estos dos próximos años se fragüe el futuro de la confederación en base a gente que tenemos con mucha garra, juventud, experiencia y ganas.Y por si alguien tiene alguna duda quiero aclarar que no me voy por razones de desajustes. Si yo tuve desajustes fue a mi llegada, pero después puedo decir que esto ha sido una balsa de aceite y que se ha trabajado con coherencia, transparencia y unidad.Desde el punto de vista de la gestión interna de CETM, ¿qué balance hace Marcos Montero?No tengo voluntad de magnificar lo que haya podido o no hacer. He trabajado con fidelidad, con honradez, con honestidad. modificando esquemas y con una visión claramente empresarial. Cuando llegué me reuní con todo el plantel directivo y profesional de esta casa uno a uno, hice mi radiografía y a partir de ahí fuimos implantando mejoras organizativas en todos los ámbitos.Ha habido, por ejemplo, una importante potenciación de la formación y aquí he de decir que, frente a lo que ha podido pasar en otras partes, no hemos tenido problemas de ningún tipo pues siempre hemos tenido un concepto claro de que la formación no es un instrumento de lucro para la organización: es un servicio para nuestros asociados. Y ahí está como muestra el Centro de Formación de Azuqueca, con una inversión de más de cinco millones de euros porque le hacía falta al sector.¿Ha sido el Centro de Azuqueca uno de los grandes símbolos de la gestión de Marcos Montero?Yo creo que sí, pero lo más importante es que los grandes frutos de ese Centro están por venir de forma inmediata. Tenemos el mejor centro de formación para el sector de España y Europa. Y no quiero hacer de esto presunción, pues para mí no ha tenido más valor que mi voluntad de trabajar con nobleza y humildad por el sector.Otra actuación que también implicó un gasto importante fue la reforma del edificio central de la Confederación.Era algo también necesario. Invertimos casi  tres millones de euros, pero los ahorros que hemos logrado para la organización son enormes en cuanto a consumos, en cuanto a alquiler de salas y en cuanto a servicios a los socios. Tras estos diez años, ¿cómo valora la identificación de las empresas con sus patronales, sobre todo tras el fenómeno populista que en 2008 encarnó la denominada “Plataforma”?Yo me reuní con la gente de Plataforma. Tenían voluntad de mejorar el sector y el mundo asociativo, pero albergaban una distorsión de la realidad y de lo que es posible muy importante, con gran desconocimiento. Estaban perdidos.Es seguro que todos necesitamos elementos de mejora, sobre todo cuando existen más de 300 organizaciones y deberíamos ser 30. Pero en el mundo asociativo lo que prima es “sacar la barriga” y eso va en contra del siglo en el que estamos, porque la sociedad lo que demanda son organizaciones profesionales y maduras que presten servicios y, sobre todo, que presten credibilidad a sus socios y hacia los medios de comunicación y el poder político, que es el que nos marca la senda. No olvidemos que en esta tarea de la defensa sectorial yo siempre digo que al final no conseguimos lo que queremos pero, al menos, evitamos que las cosas puedan ser peor.Otro hito en estos diez años ha sido la creación de CETM Multimodal como símbolo de la nueva predisposición de la carretera ante otros modos como el ferrocarril o el barco.Al principio, cuando en las reuniones se sacaba el tema del ferrocarril o del barco, el rechazo era radical. Con los años las empresas han madurado lo suficiente para convencerse de que el transportista es una unidad de servicio integral para su cliente y si no estás en la onda pierdes oportunidades y mercado. Esta evolución es la que ha permitido crear CETM Multimodal, así como el espaldarazo que supuso la definición por parte de Fomento de la Estrategia Logística, proyecto por cierto que, en mi opinión, si no ha fracasado está postergado.No puedo dejar de preguntarle por el nuevo clima de entendimiento forjado en estos años con otras patronales y, tal vez, el mejor ejemplo es la relación con ASTIC.Con ASTIC hubo una escisión por protagonismos, por verdades de unos, por mentiras de otros, por lo que fuera. Pero luego han pasado los años, sin olvidar que las asociaciones a veces no siempre están marcadas por las personas que las dirigen, sino por el entorno que interviene en su gestión y la relación se ha ido volviendo cada vez más cercana.Con el actual presidente de ASTIC, Marcos Basante, el feeling es perfecto y yo con él no tengo más que sinceridad y amistad. En las últimas elecciones, dentro de mis facultades estatutarias, fue designado miembro del Comité Ejecutivo de CETM, sin olvidar su papel en la organización como miembro de Atradice, y en esta línea de colaboración en defensa del sector estamos trabajando. En definitiva, ahora mismo las relaciones son excelentes, el acercamiento es pleno y vamos en la dirección correcta. En cualquier caso, yo creo que ahora mismo no es una necesidad el tema de volver a estar unidos cuando ya estamos trabajando conjuntamente con una relación franca y buena. En este sentido, la relación con Fenadismer también ha cambiado de forma importante.Al final, de lo que se trata es de “menos barriga”, es decir, menos protagonismo y más colaboración en defensa de los intereses del sector por la vía de la credibilidad. ¿Qué balance hace de esa defensa del sector en estos diez años, sobre todo cuando uno tiene la sensación de que los problemas se eternizan, de que nada cambia y de que cuando se logra arreglar una gotera a continuación se rompe una tubería?Estamos en un sector complejo, lleno de problemas y de incomprensiones. Son tantas las dificultades que, en mi opinión, nunca acabarán. Cuando no es el ROTT, que ahora parece que vuelve a quedar aparcado, son las 60 tn, cuando no las autopistas, el céntimo sanitario o las cooperativas. Insisto, es un sector complejísimo, que se ha desregulado muchísimo pero que todavía tiene que desregularse aún más. Tiene que estar regulado en menos cosas pero más importantes.¿Cuál ha sido el peor momento en estos años?Ha habido muchos y muy malos, pero si destacamos uno seguramente sea el paro patronal de 2006, cuando se cerró el acuerdo definitivo a última hora de la madrugada y de allí directamente me llevaron al hospital y me tuvieron que operar tras tantísima tensión.¿Y un momento de enorme satisfacción por lo logrado?El más cercano ha sido el del acuerdo del céntimo sanitario.¿Cuál es el verdadero reto del transporte por carretera para los próximos años?Al transporte por carretera todo el mundo le ataca, todo el mundo va a por él, pero el transporte cada día está más fuerte, es imbatible. Este ha sido un sector de impulsos, pero la crisis nos tiene que hacer ver que es necesaria una reestructuración basada en la profesionalización y con un tejido empresarial más fuerte, aunque va todo más lento de lo deseado.Los cargadores nos han estado arruinando a sabiendas y los gobiernos siempre nos ven como la bestia negra pero tenemos un futuro esperanzador. Sería ideal poder trasladar a los precios los sobrecostes que se nos generan, pero no puede ser así, aunque debemos seguir luchando en este reto.