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Ochoa afronta su liquidación con cerca de 40 millones de recursos netos en balance

Tras más de 80 años de historia, Transportes Ochoa se encamina hacia su liquidación. La compañía no ha podido superar su grave situación financiera y el lunes presentó la solicitud de liquidación ante las instancias pertinentes. Ochoa prevé un proceso largo y “factible” si es ordenado, con unos recursos netos en balance para afrontar la liquidación que se calculan en unos 40 millones de euros.

  • Última actualización
    29 septiembre 2018 02:02

Ochoa, en concurso de acreedores desde junio del año pasado, ha comunicado oficialmente que no ha sido capaz de lograr un convenio concursal que dé continuidad a la empresa, de tal forma que se ha tomado la decisión de su liquidación, para lo cual el lunes se presentó la solicitud pertinente.Según fuentes de la compañía consultadas por este Diario, tras la presentación del concurso el pasado 27 de junio y la posterior crisis operativa que obligó a una paralización de la actividad por espacio de casi tres semanas, Ochoa logró estabilizar sus servicios y había logrado recuperar un 30% de su actividad.No obstante, según dichas fuentes, este crecimiento se ha estancado y no hay posibilidad de poner freno a las pérdidas.PérdidasSólo en 2012, Transportes Ochoa registró unas pérdidas de unos 22 millones de euros y  en lo que va de año ya se superan los 3 millones de euros de pérdidas, una situación considerada insostenible que ha llevado a tomar la decisión de la liquidación.En el informe concursal se consideraba que Ochoa podría mantener su actividad y llegar a un convenio con sus acreedores en caso de recuperar una producción del 65% de la que mantenía antes de la paralización de la actividad en junio.La compañía está muy lejos de esta cifra, en un entorno de mercado, tal y como reconocer la propia administración concursal, en el que “la competencia es similar en nivel de servicios prestados, por lo que el cliente puede optar sin problemas por el cambio de proveedor para sus necesidades”.De acuerdo con el informe concursal, Transportes Ochoa se declaró en concurso de acreedores con unos recursos netos en balance de 56,6 millones de euros, con un total de masa activa de 132,2 millones y una masa pasiva de 75,5 millones.Teniendo en cuenta las pérdidas acumuladas por la compañía desde junio del año pasado y el coste de los ERES planteados en el transcurso de la administración concursal, el saldo neto de recursos propios en balance con los que Ochoa afronta la liquidación ascendería aproximadamente a unos 40 millones de euros.Según fuentes de la compañía consultadas por este Diario, la liquidación, para la cual se espera que se obtenga autorización por parte de las instancias judiciales en el plazo de una semana, se puede afrontar de una manera “factible”, siempre que se acometa de forma “ordenada”.Según fuentes consultadas, se prevé, en todo caso, un proceso de liquidación largo por la situación actual del mercado inmobiliario industrial, ya que las naves y centros logísticos son ahora mismo el principal activo de la compañía.En estos momentos, Ochoa cuenta con 29 centros logísticos y 260 empleados, tras los dos ERES aplicados en los últimos meses.CapitalEntre 2002 y 2007, Ochoa realizó inversiones superiores a los 50 millones de euros basadas en la automatización, la tecnología y la productividad. En esos años, la compañía desarrolló una estrategia de expansión basada en el desarrollo de una red de centros logísticos propios.A partir de 2008, la caída de la actividad generó pérdidas de explotación y una progresiva disminución de la capacidad de tesorería, situación que se fue agravando progresivamente.Paralelamente, en los años 2010 y 2011, Ochoa había inyectado capital en la empresa por valor de más de 12 millones de euros, esfuerzo que no fue suficiente.Tras retirar las entidades financieras a mediados de 2012 las líneas de crédito, Ochoa solicitó el concurso de acreedores el 27 de junio de 2012.Según el informe concursal, en el momento de solicitud del concurso la administración concursal consideraba que “la sociedad hubiera podido, en condiciones normales de mercado, reestructurar su deuda dentro del proceso concursal y haber llegado a la aprobación de un convenio, dado que su solvencia patrimonial era importante, y su problema era básicamente de tesorería”. No obstante, ese día se produjo el conocido episodio del cese de actividad, que duró casi tres semanas y que desencadenó todos los acontecimientos posteriores.