MURCIA. El presidente de FROET, Pedro Díaz, ha expuesto que la falta de conductores es una tónica que se repite en toda la Unión Europea. De hecho, la Región de Murcia tiene un déficit de 2.000 conductores, que en el conjunto del país es de 30.000, mientras que las cifras para la UE se disparan hasta los 500.000 chóferes, según datos de la Organización Internacional para el Transporte por Carretera (IRU por sus siglas en inglés).
Díaz ha señalado que las empresas murcianas están recurriendo a la contratación de extranjeros de terceros países, preferentemente de Hispanoamérica por no existir barrera idiomática, y de Marruecos, ante la imposibilidad de recurrir a trabajadores rumanos o búlgaros, como antaño, por el gran dinamismo de las economías de los países del Este.
Sin embargo, lo complicado de los trámites y la lentitud del procedimiento de contratación de extranjeros, junto a los varios meses que tienen que estar preparándose una vez en España para sacarse el Certificado de Aptitud Profesional (CAP), obligatorio para conducir en la UE, hace que las empresas desistan en el intento.
Por ello, FROET cree que es necesario prestigiar la profesión, mejorar sus condiciones de espera y de descanso en las zonas de carga y descarga, así como aumentar la seguridad con áreas de servicio específicas por toda la Unión Europea, especialmente en Francia, que es donde los camiones de la Región de Murcia sufren más robos de gasoil y mercancías, ha resaltado Díaz.
“Es urgente que las autoridades tomen conciencia y esto se arregle”, ha subrayado el secretario general de la Federación Regional de Organizaciones Empresariales de la Región de Murcia (FROET), Manuel Pérezcarro, pues la falta de conductores supondrá “cadenas de suministro interrumpidas, que las entregas no se puedan realizar en el tiempo convenido y que no se puedan hacer los servicios que se demandan”.
Pérezcarro, quien ha comparecido en rueda de prensa junto al presidente de FROET, ha explicado que la aplicación en el sector del transporte de la Región de la reducción de la jornada laboral se traducirá en un descenso del 6% de la jornada anual, lo que supone 13 días menos de trabajo. Los transportistas ven con preocupación no poder cubrir con nuevas contrataciones el número de chóferes que se van a necesitar.
“Las autoridades tienen que ponerse la pilas y empezar a resolver esta situación, que es compleja”, ha instado Pérezcarro, advirtiendo que “si no llegamos a tiempo, esto va a colapsar”.