India es de esos países que cautivan poco a poco. Un día te seduce con paisajes de colores indescriptibles e historias de palacios y reyes, de amores e intrigas; y otro te muestra su cara más terrenal y hospitalaria. Es de las que tienen el alma llena de contradicciones, de las que igual disfruta observando a los pavos reales corretear por el jardín del palacio Samode que decide aferrarse al cuello de un elefante para subir hasta la fortaleza de Amber. Es de las que no entiende de origen ni religión y que se siente igual de cómoda en la mezquita de Jama Masjid que pisando el lugar donde incineraron a Gandhi. India es ese sitio donde lo antiguo y lo contemporáneo coexisten y Delhi el lugar donde empezará a enamorarse de ella. Claro que si ya viene enamorado de casa prepárese para disfrutar con tu pareja de una de las experiencias más románticas y enriquecedoras para el alma que puede brindarle un viaje. No olvide la foto y el beso frente al Taj Mahal.