El Plan de Ayudas a la retirada incentivada de los transportistas, que puso en marcha el Ministerio de Transportes en los años 90, es una medida de carácter social destinada a contribuir a la restructuración del sector del transporte por carretera, tanto de mercancías como de viajeros, y que a lo largo de estos años ha posibilitado que miles de transportistas hayan podido abandonar el sector debido a su avanzada edad o estado de salud.
Pese a que el Ministro de Transportes ha destacado el “carácter social” del Presupuesto de su Ministerio para 2021, que crece en un 53% para el próximo año, denuncian desde Fenadismer, "la partida presupuestaria destinada a las ayudas para la retirada de los transportistas de mayor edad o en situación de invalidez se mantiene en el mismo importe que en los últimos años".
Por ello, desde la entidad instan a los Grupos Parlamentarios a que "durante la tramitación de la Ley General de Presupuestos se incrementen dichas ayudas en 2021 para evitar que un año más queden excluidos dos de cada tres transportistas que lo solicitan".
Así, la partida presupuestaria destinada por los sucesivos Gobiernos a este Plan "no ha sido constante, sino que ha variado en función de las circunstancias económicas pero, sobre todo, de la implicación y compromiso del Ministro de Transportes de turno con el sector". Así fue "especialmente significativo" el presupuesto para dicho Plan aprobado en el año 2009, con un total de 120 millones de euros, y que posibilitó que 1996 transportistas pudieran acogerse a dichas ayudas en plena crisis económica, aunque en los años posteriores el presupuesto destinado a dicho Plan presentaba también importes destacados, como los 60 millones dedicados en 2010 o los 42 millones en 2011, pese a la situación económica que atravesaba en el país en esos años.