VALENCIA. Esta reducción se ha producido en los mercados más importantes como son los de Francia, Alemania y Benelux, con caídas, en algunos casos, de dos dígitos como en el caso del país germano. A pesar de ello, las empresas de transporte frigorífico internacional han mantenido su cuota en el ámbito europeo a pesar de la enorme competencia que se vive en este sector, según ha destacado en declaraciones a Diario del Puerto el vicepresidente ejecutivo de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC), Ramón Valdivia.
Para comenzar, ¿qué balance realiza de la actividad del sector del transporte por carretera a temperatura durante 2023? ¿Fue un mejor año en comparación a los ejercicios precedentes?
Desde ASTIC nos centramos, principalmente, en el transporte pesado de media y larga distancia, obviamente con mucha incidencia de recorridos internacionales y cargas muy ligadas al sector hortofrutícola. En ese ámbito y hablando de actividad -puramente rutas, toneladas y kilómetros, dejo aparte precios, costes y rentabilidades- el año 2023 ha mostrado peculiaridades importantes respecto a 2022 ligadas a la caída de producción nacional que las condiciones meteorológicas han propiciado, se ha dado un “retardo” en el inicio de la campaña exportadora que hasta mediados de noviembre no ha obtenido la actividad que normalmente se desencadena un mes antes.
Por otra parte, también la reducción de la demanda de los hogares europeos, de nuestros mercados más importantes como son Francia, Alemania y Benelux, se ha notado, en algunos casos como el alemán, con caídas porcentuales de dos dígitos.
Desde el lado de rentabilidad empresarial, no ha sido un buen año (especialmente si lo comparamos con 2022, que sí lo fue) debido a las subidas de casi todos los componentes del coste operativo -laboral, seguros, peajes, financieros, componentes, etc.- que algo se ha podido paliar gracias a la evolución del precio de los combustibles (gasoil y gas natural) y al frenazo de la evolución al alza de los precios de transporte motivada por la caída de la demanda. No quiero olvidar que también hemos tenido algunos “sustillos” con la movilización de ciertos sectores agrícolas franceses que, finalmente, se quedaron en anécdotas muy concretas, pero que, tras muchos años de tranquilidad en ese aspecto, han vuelto a hacer sonar alagunas alertas. Esperemos que no pase de ahí.