Las principales actuaciones que se han consensuado en el marco de este encuentro para mejorar la comodidad y la seguridad en esta vía en un corto plazo de tiempo de la forma más viable y efectiva son:
• En la zona del Vallés: la implantación de un sistema de gestión variable del límite de velocidad a 100km/h en la AP-7, entre los kilómetros 132 y 161, en ambos sentidos, en la provincia de Barcelona, entre Montornés del Vallés y El Papiol.
• En la zona de la circunvalación de Tarragona: mejorar la señalización de destinos para facilitar la selección de carril en los accesos a la ciudad, lo que redundará en mayor seguridad.• En la zona del Ebro, donde existe una sobrerrepresentación de accidentalidad de vehículos ligeros: reducir el límite de velocidad a 100km/h entre los kilómetros 288 (Calafat) y 313 (L´Ampolla).
• En la circunvalación de Girona, entre los kilómetros 47 y 66: ordenación de la circulación, especializando el carril derecho para salidas e incorporaciones, a la vez que se preserva la continuidad del tráfico de largo recorrido. Para ello se procederá a instalar nueva señalización vertical y horizontal.
• De manera generalizada, el Ministerio continuará extendiendo en los próximos meses la banda sonora fresada en arcén derecho, lo que contribuirá significativamente a evitar salidas involuntarias de calzada, tanto de vehículos ligeros como pesados.
Asimismo, en línea con estas medidas para mejorar la funcionalidad de la autopista, en el enlace de Girona Sur, en el primer trimestre de 2023, se inaugurarán los ramales directos que se están construyendo actualmente en la glorieta existente para evitar las colas que alcanzan actualmente el tronco de la autopista. ”Este paquete de medidas acordadas hoy nos permite actuar en los tramos con más víctimas de la autopista para reducir la siniestralidad y también permitirá reducir las congestiones y mejorar la calidad de servicio de la AP-7”, ha trasladado Ramón Lamiel durante la intervención conjunta de ambas administraciones.
No en vano, han transcurrido catorce meses desde que se produjo la liberación de los últimos peajes de la AP-7. En este periodo, el tráfico de vehículos ligeros y pesados se ha incrementado en un 40% y en un 80%, respectivamente. Al mismo tiempo, las cifras de siniestralidad en el corredor viario compuesto por la AP-7 y el resto de las vías convencionales (N-340, N-II, C-35 y B-24 principalmente), han experimentado una mejora, con una reducción del 24% en número de fallecidos y del 27% en accidentes graves.