BRUSELAS. En una carta conjunta dirigida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, los firmantes —IRU, CLECAT, el Consejo Europeo de Transportistas y la Alianza Global de la Cadena de Frío— reafirman su firme compromiso con la descarbonización del transporte, pero advierten de que las obligaciones de camiones cero emisiones ralentizarían el progreso impulsado por el mercado y crearían una presión innecesaria sobre los operadores y los transportistas.
La directora de la IRU en la UE, Raluca Marian, afirmó: “Compartimos los objetivos climáticos de la UE. Pero el progreso real vendrá de las condiciones propicias, no de las obligaciones punitivas. Ahí es donde se necesita la acción de la UE”.
«Las obligaciones de compra no descarbonizarán el transporte por carretera. Nadie comprará vehículos que no pueda utilizar o que le obliguen a cerrar su negocio. La transición debe ser justa, viable y económicamente sólida», añadió.
Las matriculaciones de camiones de cero emisiones en la UE aumentaron a principios de 2025, a pesar de que las ventas totales de vehículos pesados disminuyeron. Esto demuestra que el sector está avanzando, siempre que las condiciones lo permiten. Sin embargo, las redes de recarga, la capacidad de la red eléctrica y la asequibilidad de los vehículos siguen siendo obstáculos importantes.
Los firmantes advierten de que los objetivos vinculantes de compra o uso supondrían una carga desproporcionada para las empresas de transporte por carretera, en particular las pymes y las microempresas, que representan más del 95 % de los 600 000 operadores europeos. Los costes de cumplimiento en cascada a lo largo de la cadena de suministro afectarán a las empresas más pequeñas, que son las menos capaces de absorberlos.
También señalan que varios segmentos del transporte, como la logística de la cadena de frío, la construcción y el transporte de productos químicos, se enfrentan a obstáculos técnicos y operativos específicos para la electrificación, lo que hace que una normativa única para todos sea poco práctica y económicamente perjudicial.
Los firmantes demandan en su lugar incentivos de compra específicos para que los camiones de cero emisiones sean más asequibles.
Además, demandan acelerar la inversión en infraestructuras de recarga tanto en depósitos como en espacios públicos y un marco de financiación coherente que reinvierta los ingresos procedentes de instrumentos como la Euroviñeta y el ETS 2 directamente en la descarbonización del transporte por carretera.