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Carta abierta al presidente del Gobierno

  • Última actualización
    27 abril 2020 11:37

Este fin de semana hemos asistido, a preguntas de Diario del Puerto, a lo poco que, aparentemente, tiene el presidente del Gobierno en mente al sector logístico. No queremos hacer una crítica fácil ni oportunista del Gobierno. Imaginamos que gobernar no debe ser tarea fácil y menos en los tiempos que corren. Pero como dicen que es importante aprender de nuestros errores, me gustaría que todos nosotros saquemos una lección importante del pasado estado de hibernación económica: La logística es esencial para salir de esta situación, y no se puede parar bajo ningún concepto.

Todos desde el sector, cada uno desde nuestra función, pudimos comprobar esos días aciagos el enorme daño económico que puede producir a todo el funcionamiento de un país el tratar de parar, aunque fuese parcialmente, la actividad logística. La cadena de suministro no es un sistema aislado en el que se pueda parar una parte y pensar que el resto no se va a ver afectado. Por eso, esa hibernación logística parcial fue un grave error y era imposible que funcionase.

La industria, la agricultura y los servicios son el corazón de la economía, pero su sistema de riego sanguíneo es la logística. Por ello mismo, debemos reclamar con serenidad pero con firmeza al Gobierno dos cosas:

La primera de ellas, es que no introduzca nunca más obstáculos al funcionamiento logístico del país. Todos estamos de acuerdo en que proteger la salud es prioritario. Pero si la sanidad es esencial, o los cuerpos de seguridad, o el suministro de electricidad... también es igual de esencial la Logística y debe primarse y cuidarse igual que se hace con aquellos sectores.

Y la segunda, es que realice una activa política de fomento y protección de las empresas logísticas. Es justo reconocer que el Gobierno ha introducido ya alguna tímida medida, sobre todo, con el RDL 15/20, principalmente, en materia de tasas portuarias. Pero hay mucho más que se puede y debe hacer, por ejemplo:

1.- Reconocer el transporte de pasajeros como un sector especialmente dañado por la crisis, y equipararlo como mínimo con ayudas similares a otros igualmente perjudicados como, por ejemplo, el sector turístico.

2.- Flexibilizar el oneroso y rígido sistema portuario español, modificando el Texto Refundido de la Ley de Puertos. Y todo ello porque, no sólo coyunturalmente; como parece defender el RDL 15/20; sino estructuralmente, las tasas de los servicios y concesiones portuarias han devenido excesivamente onerosas y deberían reducirse; y la modificación y adaptación de las concesiones es excesivamente lenta y compleja, y debería flexibilizarse.

3.- Establecer, como tienen armadores y consignatarios, una limitación cuantitativa legal a la responsabilidad de los transitarios, que en la práctica acaban soportando mucha de la siniestralidad del transporte.

4.- Fomentar las operaciones de concentración en el sector logístico, excesivamente atomizado, para permitir la creación de grupos nacionales o incluso multinacionales de capital español, de la misma forma que ya existen en otras materias como el textil, las telecomunicaciones o la energía.

Si hay algo que nos ha enseñado ya esta crisis es que aquellos países que cuentan con un tejido empresarial propio fuerte y unas empresas agroalimentarias fuertes, pueden aguantar mucho mejor las interrupciones de la cadena de suministro que, ahora por razones sanitarias, pero antes por tensiones geopolíticas, estamos padeciendo desde hace unos años. Debemos ser y somos un país abierto a la inversión extranjera y al exterior, pero no se puede confiar todo al exterior, necesitamos reindustrializar España, y una industria esencial para esta tarea es, sin duda, la empresa logística.

El sector logístico ha demostrado en pasadas crisis su fuerza y su capacidad de adaptación en tiempos difíciles y, por suerte, su panorama no es tan sombrío como el de otros sectores. Pero, como decía al principio, aprendamos de nuestros errores, y no nos olvidemos de que nunca seremos suficientemente libres y autónomos como país si no contamos con un sector logístico fuerte que garantice que el resto de la economía no se paralice cuando surgen catástrofes como la que estamos padeciendo. Sé y me consta que el Sector va a estar a la altura de las circunstancias, esperamos y confiamos que nuestros legisladores también lo estarán.

Carlos Salinas

Socio. MA Abogados