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De calendarios, agendas y varas de medir el tiempo

Ya es 29 de diciembre. Apenas restan 48 horas, dos telediarios, dos, para despedir el año de la manera en la que el maldito se merece y descolgar por fin de la pared el calendario 2020, el mismo que al descubrir su portada nos prometió 366 días de miel y que, en cambio, ha destilado tanta hiel como para cubrir el mundo entero de amargura. Para mayor malaventura, nos salió bisiesto el muy desgraciado, con una bala de más en la recámara, como si necesitara el comodín del tiro de gracia para rematar su funesta obra. 

  • Última actualización
    28 diciembre 2020 11:44

Calendarios, agendas y dietarios medirán el tiempo de 2021 como lo hacía la vara de Anaximandro. En Diario del Puerto tendrán también, otra forma de medir el tiempo  logístico, las 24 horas al día, los 7 días de la semana, los 365 días al año. Y esta vez, 2021 no trae una bala de más en la recámara

En la pared de la oficina, suspendido de una alcayata, agoniza en el corredor de la muerte de estos postreros días de diciembre, el calendario 2020 con el que el año pasado por estas mismas fechas me obsequió una transitaria nacional. Es uno de esos calendarios de oficina que muestran los meses de tres en tres, como en cascada, para que sin apenas tiempo para pestañear podamos abarcar 90 días, cada uno con su propio afán, de un único golpe de vista.

Tras un enero y febrero aparentemente normales, a partir del mes de marzo las anotaciones hechas con antelación en los márgenes de las hojas del calendario, los círculos rodeando las fechas y los números de los días subrayados con trazo grueso para recordar citas, eventos o plazos, perdieron su sentido. Lo mismo ocurrió con las agendas y dietarios, en los que las anotaciones y recordatorios escritos a mano transitaron hacia el limbo de las palabras no cumplidas. Y tras la última anotación escrita, a vuelta de hoja, el vacío, la más absoluta incertidumbre.

Estos últimos días de 2020, que por mucho que queramos olvidar, será sin duda un año para el recuerdo, nos sitúan ante una nueva ilusión que está cobrando mayor fuerza con el arranque de la campaña de vacunación   frente al COVID-19: recuperar la normalidad, aquella que abandonamos en marzo y que ahora se asoma nuevamente por el horizonte del tiempo.  

Fue en el año en el que más necesario y esencial fue el transporte y la logística, cuando más perdimos el contacto directo y los espacios de encuentro presenciales los miembros de la gran comunidad logística. A pesar de que la tecnología se ha revelado como un aliado fundamental para mantener  las relaciones profesionales en unos niveles más que aceptables, la pandemia nos ha arrebatado los espacios sociales donde se forjan en muchos casos relaciones profesionales duraderas e incluso de amistad.

Aunque aún sea demasiado pronto para aventurar cómo y cuándo será posible ir recuperando de forma gradual los espacios públicos y los eventos sectoriales, tal y como los conocíamos antes de marzo de 2020, lo cierto es que en este 2021 que ya llama a la puerta, los calendarios, las agendas y dietarios serán, más que nunca, nuestra propia vara de medir el tiempo. 

Recordaba Carl Sagan en “Cosmos” cómo Anaximandro de Mileto, amigo de Tales, fue una de las primeras personas de quien se tiene constancia  que llevó a cabo un experimento. Examinando la sombra móvil proyectada por un palo vertical determinó con precisión la longitud del año y de las estaciones. Los hombres habían utilizado durante siglos los palos para golpearse y herirse mutuamente. Anaximandro usó la vara para medir el tiempo.

Calendarios, agendas y dietarios medirán el tiempo de 2021 como lo hacía la vara de Anaximandro. En Diario del Puerto tendrán también, otra forma de medir el tiempo  logístico, 24 horas al día, 7 días de la semana, 365 días al año. Y esta vez, no hay una bala de más en la recámara.