Del surrealismo portuario este humilde suricata ha catado lo justo y necesario, tal vez por llevar genes incrédulos y ojipláticos.
Aún así, hay momentos inolvidables como ese viaje en autobús en 2005 por las comarcales nocturnas de Cartagena con don Adrián Viudes a pleno pulmón entonando lo que quiso ser su aportación más rompedora al mundo portuario.
Era una habanera, entre seria y guasona, que los más estupléndidos, entre ellos Mariano Navas, entonaban engolados sin pretensión ninguna de aproximarse al coro profesional que llegó a grabar lo que se bautizó como himno oficial del XI Congreso de Tráfico Marítimo y fue conocido coloquialmente como “La Portuaria”, alarde que hoy duerme el sueño de los justos al fondo del cajón donde algunos aún guardamos el CD de la grabación, cortesía de don Adrián.
Convertido en su día en el hombre más odiado por los estibadores de este país (su puesto ahora lo ocupa Joaquim Coello, todo hay que decirlo), el gran “legado” del que fuera presidente de la Autoridad Portuaria de Cartagena consistió en encarnar durante años la leyenda de que fue él quien denunció el régimen de estiba ante la Comisión Europea. Fuera él o no (quienes lo saben o creen saberlo, o bien callan o bien lo aclaran sin excesiva convicción) lo cierto es que es buen momento para 15 años después repetir con deprimida resignación: “La que se lió pollito...” Y la que se sigue liando...
