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El Port de Tarragona se prepara para recibir cruceros una vez se levante la prohibición

El sector de los cruceros, tras seis meses de parón, está a la espera de que se levante la prohibición de operar cruceros internacionales y poder reactivar y salvar lo que queda de temporada. El Port de Tarragona, por ejemplo, según han explicado a Diario del Puerto fuentes de la Autoridad Portuaria de Tarragona (APT), “no hemos dejado de trabajar y lo tenemos todo preparado y controlado para poder operar cruceros en el momento en que se levante la prohibición”.

  • Última actualización
    16 septiembre 2020 14:53

Junto con la Mesa Institucional de Cruceros, formada por diversas entidades del territorio, “el Port ha seguido trabajando, adaptándose a las medidas de prevención de la pandemia y siguiendo las indicaciones y protocolos de sanidad, coordinado con todos los agentes que forman parte de la operativa”. 

De esta manera, el Puerto y la Mesa de Cruceros han diseñado “ofertas seguras”, desde el punto de vista de las visitas al territorio, por ejemplo, por lo que el enclave cuenta con las garantías y “protocolos sanitarios para poder operar cruceros desde el minuto uno en que se levante la prohibición”, inciden.

“No hemos dejado de trabajar y lo tenemos todo preparado y controlado para poder operar cruceros en el momento en que se levante la prohibición”

Por ello, la Autoridad Portuaria de Tarragona ha unido sus esfuerzos para trabajar en la temporada de cruceros del 2021. De hecho, “hay más de 100.000 pasajeros previstos para el año que viene, en caso de poder operar en condiciones normales”, señalan desde la APT. 

"La previsión para la temporada 2020 era de 100.000 pasajeros, aunque todo apunta a que la previsión de 2021 será igual o mejor”, añaden. 

Según recuerdan fuentes de la APT, “el presidente del Port de Tarragona, Josep Maria Cruset, dio por finalizada la temporada de cruceros de 2020 en agosto, teniendo en cuenta la situación de la pandemia a nivel global y, sobre todo, con la previsión que pesa en los cruceros del sistema portuario español”, que a día de hoy sigue sin poder operar. En el caso de Tarragona, el coronavirus llegó cuando la previsión del enclave era seguir con su récord de cruceristas para este temporada. “El sector de cruceros en el Port Tarragona está en vías de consolidación”, recuerdan.

Cifras récord en 2019

“El año 2019 tuvimos cifras récord con más de 130.000 cruceristas, y el año 2020 iba a ser un año de transición. Sumado a que estamos construyendo un nuevo muelle de cruceros, el Moll de Balears, y que iba a convivir con la operativa de cruceros, por lo que las cifras de este año iban a ser similares a las del 2019”, aunque ligeramente inferiores, inciden desde la APT.  

Aunque el Port, en términos económicos, “no gana dinero del proyecto de cruceros, el sector tiene un impacto muy positivo en el tejido económico y productivo del territorio”, aseguran. En este sentido, el año 2019 el impacto económico de los cruceros dejó en Tarragona un gasto de 9,7 millones de euros.

“El sector de cruceros en el Port Tarragona está en vías de consolidación”

Cruceros nacionales, una alternativa “sobre la mesa”La incertidumbre y la falta de esperanza en que se levante la prohibición para operar cruceros internacionales ha llevado a los puertos españoles y a las compañías a plantearse la alternativa de los cruceros nacionales. 

En el caso de Barcelona, según afirmó Mercè Conesa, presidenta de la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB), “los cruceros nacionales son una opción que tenemos encima de la mesa”. En este sentido, la presidenta afirmó que la APB “apostaríamos por trabajar en dos compañías en concreto que tienen interés en trabajar este tipo de cruceros". 

Por su parte, desde el Port de Tarragona esclarecen que han recibido “consultas por parte de compañías cruceristas para este año y el año que viene para operar cruceros nacionales”.

Se trata de una alternativa que entidades como CLIA tildan de “muy positiva”, ya que se presenta como una opción a tener en cuenta para reactivar el sector, aunque debe tenerse en cuenta que también dependerá de las decisiones que tomen las distintas compañías navieras, así como la evolución del virus.