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Encallados

El buque mercante “Blue Star”, un quimiquero de 129 metros de eslora que navegaba sin carga  bajo pabellón maltés de Bilbao a  A Coruña, encalló a las 23.50 horas del pasado viernes en la costa de Ares, un municipio gallego situado en la provincia de A Coruña, en las Rías Altas, sin que hubiera que lamentar daños personales, medioambientales o materiales, más allá de los que pueda sufrir el casco del buque.

  • Última actualización
    25 noviembre 2019 18:31

A la hora de escribir estas líneas, el “Blue Star”  sigue allí, varado en la zona de As Mirandas, cercana a las playas de Barrosa y A Canteira, próximas a unos islotes, componiendo una imagen tan bella como poderosa y desconcertante. Después de varios intentos frustrados al romperse los cabos que unían el barco al remolcador “Don Inda”  de Salvamento Marítimo, el “Blue Star”  espera ser reflotado  por la empresa holandesa Smit Salvage, la misma que actuó en los naufragios del “Prestige” y el “Modern Express”. Como entonces, esta tampoco será tarea fácil.

Mientras tanto, lugareños y curiosos llegados de otras partes contemplan absortos la estampa del “Blue Star” azotado por  el oleaje; una imagen que el fotógrafo de EFE, Kiko Delgado, ha sabido retratar con maestría y un gran dominio de la composición fotográfica. La fotografía tiene el don de integrar con aparente naturalidad realidades contrapuestas, de convertir aquello que nos desconcierta en un elemento estético y cargado de belleza. 

Existen en el mundo muchos rincones donde encontrar barcos varados. Desde la playa de Sarakiniko, en la isla griega de Milos hasta la costa norte de Aruba, pasando por Cabo Blanco, en Mauritania; las Islas Fraser, en Australia, o el Canal Beagle, en Argentina. 

Sin embargo, no hace falta irse tan lejos para contemplar la imagen de un barco varado. Hace ahora 20 años, en las Navidades de 1999, fuimos muchos los vizcaínos los que un día sí y otro también nos acercamos hasta Ereaga, en Getxo, para contemplar la imponente silueta del mercante cubano “Rilos”, de la Coral Lines, varado sobre las rocas a escasos metros de la playa tras romper amarras en su atraque de Santurtzi a causa del temporal. El 23 de enero de 2000 fue finalmente liberado con la ayuda de dos remolcadores y trasladado al Canal de Deusto, donde sus tripulantes permanecieron durante meses  en situación de abandono por parte de la naviera hasta que finalmente pudieron se repatriados. 

También por aquellos años, recuerdo un viaje a las Islas Canarias, uno de cuyos motivos principales era visitar sendos barcos encallados en las costas de Lanzarote y Fuerteventura. Precisamente ahora estamos viviendo los últimos días del “Telamon” en Arrecife, donde lleva encallado desde octubre de 1981, ya que el Ministerio de Defensa, a través de la Armada, ultima la concesión del permiso definitivo para la retirada de los restos del espacio que viene ocupando cerca del muelle de Los Mármoles.

Por su parte, el “American Star”, el lujoso crucero que encalló frente a la costa de Pájara (Fuerteventura) en enero de 1994 cuando era remolcado y que quedó partido en dos aquel mismo verano,  dejó visible su proa hasta 2007. Cuentan que hoy apenas es posible divisar algunos de sus restos en bajamar.

El “Blue Star”  es un buque joven al que aún le quedan muchos puertos por visitar, muchas millas por navegar. Pero en el improbable caso de que permanezca para siempre encallado en As Mirandas, debe saber que no estará sólo. Siempre tendrá quien vaya a visitarlo y compadezca su mala suerte. Los barcos siempre dejan un bonito cadáver. Un regalo para la vista.