Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) afronta la segunda mitad de 2025 con más incertidumbres de las previstas, después de un primer semestre con caídas en los tráficos por primera vez desde la pandemia. En este escenario, Carles Ruiz, presidente de FGC, desgrana para Diario del Puerto los factores para ser competitivos.
Barcelona. Según los últimos datos, el volumen de potasa transportada desde Súria al Puerto de Barcelona se redujo un 1% en el primer semestre, mientras que los envíos de vehículos de Seat desde Martorell hasta la terminal portuaria cayeron un 22 %. A ello se suma un descenso en las circulaciones de componentes de automoción debido a las obras de Adif para la implantación del UIC.
El último informe de tráficos presentado, alerta de la posibilidad de que este 2025 sea el primer año desde 2020 con descensos en los tráficos de mercancias en la compañía. ¿Que diagnóstico se hace desde FGC?
Si lo miramos en perspectiva, desde 2020 los tráficos se han incrementado sustancialmente. Nuestro transporte de mercancías está muy ligado a la automoción y a la potasa, y en los últimos años prácticamente hemos multiplicado por cinco este último y hasta triplicado el apartado de automoción. Dependemos de las necesidades de nuestros clientes y de su producción, y nos comprometemos a transportar lo que genere su capacidad productiva.
En el caso de la potasa ¿cómo prevén que evolucionen las cifras?
Nuestro compromiso es garantizar un volumen de transporte, y hasta ahora lo estamos cumpliendo. A partir de ahí, ya no depende de nosotros si el cliente utiliza toda esa capacidad. En el caso de la potasa, al no ser una producción sistemática, depende de varios factores, y eso genera variabilidad. Por nuestra parte, en los últimos años hemos seguido incrementando la capacidad de transporte; en el caso de la potasa, hemos puesto a disposición un nuevo tren que nos permitirá llegar a las 900.000 toneladas.
“Desde 2020 los tráficos se han incrementado sustancialmente hasta 2024. Nuestro transporte de mercancías está muy ligado a la automoción y a la potasa, y en los últimos años prácticamente hemos multiplicado por cinco este último y hasta triplicado el apartado de automoción.”
Por lo tanto, ¿estos resultados dependen exclusivamente de factores externos a FGC?
Nosotros tenemos dos tipos de clientes. En el transporte de personas somos un actor fundamental para promover el desplazamiento en transporte público: controlamos las condiciones del servicio, los puntos de llegada de las líneas, y las frecuencias. En este caso somos responsables del incremento de pasajeros en los últimos años. En las mercancías es muy diferente: garantizamos una línea de punto a punto con todas sus potencialidades, pero es el cliente el que determina qué volumen utiliza.
En el caso de Cargometro, que gestiona el transporte para Seat entre Martorell y el Puerto de Barcelona, también se ha notado una disminución del tráfico, que llega después de vender parte de las acciones que FGC tenía. ¿Cómo se ha coordinado?
En Cargometro estamos en un proceso de desinversión, reduciendo nuestra participación en la compañía. En este caso somos actores secundarios y solo aportamos el material móvil, así que nuestro peso y responsabilidad son reducidos. Este es uno de los motivos por los que hemos cedido parte de nuestra inversión. Seguimos ligados al proyecto y comprometidos, pero con menos peso dentro de la compañía.
¿Estas cifras de ralentización han afectado a la planificación estratégica de FGC?
Estamos hablando de una reducción de carga no muy significativa. Además, tampoco nos altera los espacios que ya tenemos planificados. Mantenemos el compromiso de las circulaciones diarias previstas. El sistema ferroviario necesita una planificación a largo plazo, así que tenemos calculados los espacios necesarios y los ponemos a disposición de nuestros clientes.
“¿Qué inversiones debemos hacer? Aquellas que nos permitan mejorar los servicios de pasajeros y combinarlo con el de mercancías”
¿Qué capacidad de crecimiento tiene FGC ahora mismo?
Ahora mismo estamos en un proceso de revisión de nuestro sistema y de nuestros servicios, tanto a nivel de pasajeros como de mercancías. En pasajeros estamos entrando en nuevos proyectos, como un tranvía en Tarragona, y en Lleida apostamos por la nueva línea hasta Terrassa. Estos cambios nos llevan a analizar si hay espacio para más servicios de mercancías con los que podamos trabajar. En estos momentos también analizamos las posibilidades que traerá la ampliación de la línea 8 hasta Gràcia, así como las conexiones a través de Manresa. Tenemos todo el sistema en revisión: partimos de mantener lo que ya funciona e incorporar nuevos servicios si se pueden encajar en este marco.
¿Qué papel juega Ferrocarrils de la Generalitat en la relación con Port de Barcelona?
Uno de los puntos de inflexión de la compañía fue la llegada de Ferrocarrils al Port, abriéndonos al transporte de mercancías y a ofrecer nuevos servicios. Con la nueva reordenación en la que estamos, vamos a estudiar qué papel debemos jugar. Partimos con la ventaja de llegar al puerto desde las líneas metropolitanas, y ahora debemos analizar qué posibilidades nos ofrece esta conexión.
¿Y cuáles son las posibilidades de crecimiento que están sobre la mesa en estos momentos?
FGC depende del Govern, que es quien nos encarga proyectos. Por lo tanto, estamos bajo la mirada estratégica de la Generalitat. A partir de ahí, nos marcan los ámbitos en los que podemos operar. ¿Qué inversiones debemos hacer? Aquellas que nos permitan mejorar los servicios de pasajeros y, a partir de ahí, combinarlos con el transporte de mercancías.
¿En Catalunya se ha trabajado suficiente en la intermodalidad?
Creo que se ha planificado mucho, pero ha faltado ejecución. Ha sido complicado llevarlo a cabo después de varias crisis, pero ahora mismo la Generalitat tiene una visión clara de priorizar el transporte ferroviario. Esto se refleja en las inversiones que se han previsto, algunas de las cuales ya están en marcha.
“Estamos haciendo un gran esfuerzo para instalar placas fotovoltaicas en el mayor número de estaciones e instalaciones de FGC”
¿Llegan a tiempo?
Seguramente algunas de estas infraestructuras habría sido mejor tenerlas antes, pero me consta que ahora mismo hay dinámicas en marcha por parte del Govern que serán difíciles de detener. Además, como hemos comentado, las inversiones y planificaciones ferroviarias son a largo plazo, y esa dinámica ya se ha activado.
¿Está cumpliendo FGC en términos de sostenibilidad?
De por sí, el transporte ferroviario es uno de los más sostenibles. Tenemos un gran nivel de eficiencia para mover grandes volúmenes de mercancías y pasajeros. Cada vez más se sustituyen los sistemas de gasolina por eléctricos. En nuestro caso, las últimas locomotoras que hemos adquirido son duales, lo que nos permite operar en muchos tramos, sobre todo en los electrificados. La electrificación de toda la línea es un elemento central para el transporte ferroviario.
Por otra parte, en la generación y adquisición de energía más limpia, estamos haciendo un gran esfuerzo con la compañía energética de la Generalitat de Catalunya para instalar placas fotovoltaicas en el mayor número de estaciones e instalaciones de FGC. Esto permitirá que una parte importante del suministro de nuestra red sea de energías renovables, y gran parte generada por nuestros propios sistemas.
Para terminar, con la desaceleración de este primer semestre, ¿qué previsión hace FGC para lo que queda de 2025?
Tenemos la capacidad que tenemos, y margen para crecer en toneladas de transporte. Pero estamos en unas cifras muy adecuadas para lo que necesitan nuestros clientes actuales. Hasta ahora hemos movido un equivalente a 43.000 camiones, pero podríamos incrementar si fuese necesario. Si se requiriera más, ya hablaríamos de futuras inversiones.
PERFIL
Con una larga trayectoria política ligada al municipalismo y al desarrollo territorial, Carles Ruiz Novella (Barcelona, 1960) se ha convertido en una de las figuras de referencia en el ámbito de la movilidad en Cataluña. Desde julio de 2023 ejerce como presidente de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), empresa pública que gestiona tanto servicios de pasajeros como de mercancías y que se ha consolidado como operador estratégico en Catalunya.
Ruiz es licenciado en Ciencias Económicas por la Universitat de Barcelona y cursó el Programa de Dirección General en IESE Business School, una formación que combina la vertiente académica con su experiencia política. Militante del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), su carrera ha estado marcada por la gestión pública de proximidad: fue alcalde de Viladecans entre 2005 y 2023, donde impulsó políticas de regeneración urbana, innovación tecnológica y colaboración público-privada en proyectos industriales y logísticos en el área metropolitana de Barcelona. Su llegada a FGC supuso una apuesta por la misión de reforzar la vertiente de sostenibilidad, digitalización e intermodalidad.
“Nuestro objetivo principal es el transporte de personas, y es lo que vamos a priorizar”
El mayor peso de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) radica en el transporte de pasajeros, y así lo subraya con insistencia su presidente, Carles Ruiz. Pese a que en los últimos cuatro años la compañía ha multiplicado tanto la capacidad como el volumen en el apartado de mercancías, el eje central de su actividad continúa siendo el transporte de viajeros. “Nuestro objetivo principal es el transporte de personas, y es lo que vamos a priorizar; por lo tanto, todas las inversiones que vayamos a realizar en mercancías deben ser compatibles y simultaneables con el servicio de pasajeros”, afirma Ruiz, dejando claro el marco estratégico de la empresa pública.
Precisamente esa simultaneidad es la que permitió en su momento crear la conexión con el Puerto de Barcelona, ya que la línea de mercancías Súria-Sallent-Port, clave para el transporte de potasa, se articuló a través de la línea Llobregat-Anoia, una infraestructura de viajeros que abrió también la puerta a operaciones logísticas. Este precedente, como recuerda Ruiz, muestra que la expansión de la vertiente ferroviaria de carga de FGC siempre pasa por la integración con su red de pasajeros, condición imprescindible para que el modelo sea sostenible y viable.
Entre las opciones que se abren destaca la futura línea Lleida-Terrassa, el primer servicio de Cercanías que gestionará FGC. Esta nueva infraestructura abre la posibilidad de conectar mercados hasta ahora poco explorados en el oeste del territorio.
Eso sí, Ruiz marca con claridad los límites: “Siempre que encaje con la mejora del servicio de transporte público que queremos ofrecer, y que es nuestra prioridad”.