El mapa de la intermodalidad ferroviaria de Madrid y, por ende, de la Zona Centro lleva bajo la espada de Damocles de una revolución más de 20 años, periodo que si para algo ha servido es para consolidar con nota los proyectos que surgieron en el ámbito terminalístico a finales del siglo pasado, como los puertos secos de Coslada y Azuqueca de Henares.
Ahora, por fin, se va a mover definitivamente ficha para alumbrar una nueva gran terminal intermodal que supla a la obsoleta Abroñigal. Ubicada en los terrenos del triángulo ferroviario y de la estación de clasificación de Vicálvaro, la nueva Madrid-Vicálvaro va a redefinir, seguro, el mapa de terminales de la zona centro con un tráfico intermodal que en 2017 rondó, según los cálculos de este Diario, los 380.000 TEUs.
Son cuatro los referentes actuales de la intermodalidad ferroviaria en la zona centro y sobre todos ellos va a impactar la entrada en servicio de la nueva Madrid-Vicálvaro, que hoy se presenta en sociedad.
El impacto más evidente se dará en el Centro Logístico Madrid-Abroñigal, pues Vicálvaro está llamado a asumir gran parte de su actividad. Primera terminal intermodal de España, explotada por Renfe y Transervi, con 12+2 vías de más de 500 metros y 300.000 metros cuadrados de superficie, gestionó el año pasado 174.450 TEUs, lo que supuso un retroceso del 9,4% con respecto a 2017, cuando se movieron 183.597 TEUs.
Renfe atribuye este retroceso a las huelgas en Francia, que durante más de 5 meses impactaron en los tráficos internacionales de la terminal, hub histórico peninsular de la red pública ferroviaria.
No menos trascendencia va a tener el surgimiento de Madrid-Vicálvaro para la segunda terminal intermodal de España, el Puerto Seco de Coslada, terminal explotada por Conte-Raíl y que está ubicada junto a los terrenos donde va a hacer su expansión la nueva terminal de Vicálvaro.
Con 115.000 metros cuadrados de superficie, cuatro vías de 450 metros, 1 vía de maniobras y dos vías de expedición/recepción, Puerto Seco de Coslada movió 121.251 TEUs ferroviarios en 2018, lo que supone un incremento del 1,5% con respecto a los 119.445 TEUs movidos en 2017. Habrá que ver el impacto futuro en Coslada dada la proximidad con la nueva Vicálvaro.
En este contexto de la zona Centro es esencial igualmente la evolución del Puerto Seco de Azuqueca, sin duda el que ha tenido un crecimiento más espectacular en el último lustro.
Operando tráficos a lo largo del año pasado con enclaves como Algeciras, Barcelona, Bilbao, Sevilla Valencia, Marín, Vigo y Zaragoza, Azuqueca volvió a experimentar otro salto de doble dígito en 2018. En total fueron 1.668 trenes los atendidos en 2018 en la terminal frente a los 1.444 de 2017, es decir, un 15,5% más, en un enclave que está acometiendo una ampliación de su espacio para almacenamiento de contenedores, contando en la actualidad con más de 60.000 metros cuadrados de superficie y 2 vías para carga y descarga de 500 metros y otras dos vías de estacionamiento.
El tráfico en 2018 ascendió a 72.709 TEUs, lo que con respecto a los 62.087 TEUs de 2017 supone un crecimiento en tráfico ferroviario del 17,1%.
A estas tres terminales hay que unir la instalación que desde el año 2016 explota la compañía Laumar en las actuales instalaciones de Vicálvaro.
Laumar cuenta con una terminal de 13.000 metros cuadrados ubicada en una superficie concesionada por Adif en la propia terminal de Vicálvaro. En su caso hablamos de 9.450 metros cuadrados de playa para carga y descarga con dos vías de ancho ibérico paralelas a la playa de carga y descarga de 310 y 320 metros de longitud respectivamente; una zona asfaltada anexa a la playa de 3.600 metros cuadrados; y una nave de 300 metros cuadrados de superficie.
Laumar opera principalmente tráficos con el puerto de Valencia, con una media de 8 trenes semanales según los últimos datos disponibles, si bien la entidad no ha facilitado sus tráficos anuales, que se estiman en el entorno de los 15.000 TEUs según fuentes sectoriales.
Esta terminal está concesionada por 4 años, es decir, sin prórrogas expiraría en 2020, con lo cual se futuro también se ve condicionado por el gran proyecto de Vicálvaro.
En él están puestas ahora mismo todas las miradas, no sólo por la oferta de instalaciones que salga al mercado, sino por el modelo de explotación que finalmente se elija.