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Fundación Novaterra acompañó a más de 1.300 personas en su inclusión laboral en 2024

  • Última actualización
    09 junio 2025 11:35

Fundación Novaterra presenta su Memoria 2024 destacando una labor incansable por la inclusión sociolaboral en la Comunidad Valenciana. Un año más en el que la entidad confirma que el empleo, entendido como herramienta de dignificación personal, es uno de los pilares clave para la transformación social, especialmente en personas que son excluidas.

VALENCIA. Con presencia activa en Valencia, Alzira y Alcoy, Fundación Novaterra ha logrado acompañar a 1.311 personas a lo largo del año 2024 en sus itinerarios de inserción -715 en Valencia, 430 en Alcoy y 166 en Alzira-.

En este contexto, Fundación Novaterra logró 339 inserciones laborales a lo largo del año. De estas, 161 fueron contratos indefinidos y 178 temporales, en sectores clave como la hostelería, logística, limpieza, comercio, salud, industria textil, agricultura o la construcción.

Estas cifras no son simples resultados cuantitativos; son procesos de recuperación de la autoestima en la persona, de reconstrucción de vidas y de generación de futuro. Como afirma Mavi Leida, directora de la entidad, “no es dar un empleo, es devolver la posibilidad de un futuro”.

Su modelo de intervención integral, basado en el acompañamiento personalizado, la formación práctica y la creación de oportunidades reales de empleo, se ha consolidado como una referencia del Tercer Sector en la región. Esta acción se desarrolla en estrecha colaboración con administraciones públicas, entidades sociales y empresas comprometidas con la inclusión.

El impacto territorial y humano de la fundación se refleja en los más de 30 programas activos con los que ha cubierto itinerarios adaptados que incluyen desde la formación profesional y digital hasta el emprendimiento o el apoyo psicoemocional.

161 fueron contratos indefinidos y 178 temporales, en sectores clave como la hostelería, logística, limpieza, comercio, salud, industria textil, agricultura o la construcción

La intervención se ha ajustado a las necesidades específicas de cada entorno y persona, desplegando también respuestas en situaciones de emergencia como las derivadas de la DANA, y llevando sus recursos humanos y técnicos donde son más necesarios.

A través de estos programas se han abordado barreras estructurales como la brecha tecnológica, la falta de red familiar, la escasa cualificación y la inseguridad emocional, reforzando no solo las capacidades profesionales, sino también la confianza y estabilidad de cada usuario.

El perfil de las personas atendidas son mujeres en un 65 % de las participantes, muchas de ellas madres monomarentales, víctimas de violencia o migrantes sin red de apoyo.

La mayoría se sitúa en la franja de edad entre los 30 y los 60 años, con niveles formativos bajos, y grandes obstáculos para acceder al mercado laboral convencional. Muchas personas enfrentan, además, retos añadidos como el idioma, la salud mental, la movilidad limitada o la falta de documentación estable.

La memoria también refleja con claridad el impulso al emprendimiento como vía de inserción alternativa, especialmente para mujeres y jóvenes. Un total de 47 mujeres han sido formadas en emprendimiento, y más de 150 jóvenes han sido beneficiarios de programas específicos al respecto.

En total, se han puesto en marcha al menos siete iniciativas de autoempleo en sectores emergentes como la moda sostenible, la hostelería ética, la joyería artesanal, el bienestar emocional, el marketing digital o el ocio educativo.

El presidente de Fundación Novaterra, Francisco Cobacho, señala en la introducción de la memoria: “El trabajo no es suficiente para la inclusión social, pero sí es necesario. Por eso no solo actuamos sobre los efectos, también queremos cambiar las causas: la vivienda inaccesible, los bulos que hieren a los más vulnerables, la desinformación. Nos preocupa lo estructural, y también generar conciencia social.”