Llevo todo el verano leyendo, oyendo y viendo noticias referentes a la inminente subida del precio del pan. Uno que no es precisamente lo que se llama un amante del bocata, no ha pensado que estas noticias iban a repercutir negativamente en su vida. Más me preocupa el aumento de los tipos de interés.Cuán equivocado estaba. Hace un par de semanas, disfrutando aún de mis vacaciones, encontrámonos mi mujer y yo mismo con una pareja de amigos, con los que acabamos tomando unas cervecitas. Pues bien, entre cervecita y cervecita, mi amigo Iñaki, que a la sazón es panadero, me pidió consejo en mi calidad de economista y amigo. Su problema era el siguiente. Él, artesano del pan independiente, ha visto de enero a aquí cómo el precio de sus materias primas ha aumentado un 40% aproximadamente, y quería que le recomendara qué hacer dado que el precio de la barra de pan no había subido y él veía que acabaría quebrando.Llegados a este punto y más como amigo que como economista, le recomendé lo que parecía más lógico y que hasta un niño de tres años adivinaría. Le recomendé que jugara al euromillón, que precisamente ese viernes había bote de 15 millones de Euros.Con sinceridad no me esperaba que al despedirnos de la pareja, mi amada compañera, totalmente indignada, me recriminara el no haber recomendado a mi amigo que subiera el precio de la baguette, que según su opinión era de cajón. ¡Qué angelillo! Pensé y fue entonces cuando le expliqué lo que le había pasado a Asetravi (Asociación empresarial del transporte de Vizcaya), a la cual le han puesto una multa de 200 y pico mil euros, el Tribunal Vasco de Defensa de la Competencia, por hacer algo parecido.Y digo e insisto, parecido, porque el caso de Asetravi no es lo mismo. El drama viene de atrás, cuando el presidente de la susodicha asociación hizo unas declaraciones en los medios, en las que recomendaba y sugería a las empresas de transporte asociadas que repercutieran en el precio de sus servicios el incremento, resultante en sus cuentas de explotación, experimentado por el aumento en el coste del gasóleo durante los últimos meses, esto es, como en el caso de las panaderías y la harina, sus materias primas habían subido de precio y era hasta probable que el precio del gasoil, siguiera subiendo.Pero OjO, no es que el ínclito tribunal haya cometido una ilegalidad con su sentencia, no. A lo sumo, y en mi poco experta opinión, una injusticia, y digo esto porque la ley puede que prohíba literalmente las recomendaciones sobre precios, tengan o no efecto sobre los mismos. Por tanto, el tribunal ha fallado bien literalmente.Los que como mi mujer no conocen nuestro sector, no entenderán por qué nadie tiene que recomendar al panadero que suba 5 cts. la chapata, pero el sector del transporte es diferente. Creo que los legisladores de la ley la crearon con un espíritu diferente, es mi opinión e, insisto, no soy abogado.Como economista me parece más que bien que se pene a aquellos que manipulen dolosamente al alza o a la baja los precios de un mercado, tanto si lo logran como si no. Pero en este caso que nos ocupa, no veo dolo por ninguna parte, por eso digo que la sentencia parece literalmente justa, aunque injusta si nos atenemos al espíritu de la ley, tal y como yo la entiendo.En cualquier caso, mi angelillo no entendió por qué no pude recomendarle a Iñaki que subiera los precios de la barra gallega y en el fondo es que tenía dos puntos de vista. El primero, como economista sé que el mercado no es tan fácil de explicar y puede que recomendar subir los precios sin más datos llevara a la ruina al panadero. El segundo, como amigo, es que en el fondo Iñaki nunca me cayó bien y su mujer, menos.Y es que todos somos humanos y en este sector incluso lo somos más.