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  • Última actualización
    25 abril 2006 00:00

En los últimos tiempos venimos viendo (y a veces padeciendo) en nuestro sector del transporte, como continuación y reflejo de otros eslabones de la cadena de producción, la concentración empresarial por efecto de fusiones, absorciones y compraventas de unas empresas para con otras.Hasta aquí, aunque no ausentes de sorpresas, nos estamos llegando a acostumbrar a que tal empresa transitaria se fusione con otras dos, compre un operador logístico y, por absorción, agregue a sus activos una compañía aérea...es un simple ejemplo. Sin embargo, este tipo de relación entra dentro de nuestros esquemas mentales, como buenos capitalistas que somos. Existe en cambio otro tipo de interacción económica entre empresas, que resulta sin duda de mayor interés en la actualidad y que no puede dejar de ser digno de estudio o al menos de reflexión. Se trata de las Alianzas entre Compañías Aéreas.Hasta ahora dichas empresas llegaban a acuerdos interlineales entre ellas de forma binaria, y con efecto bilateral o no. Así existían multitud de interrelaciones, dos a dos, que tejían una red inmensa y que hacía que cada compañía cubriera sus carencias en un sector u otro.A modo de ejemplo, una aerolínea peruana que volase de Lima a Madrid hacía un acuerdo con una línea española para que le volase la carga y pasajeros a otros puntos de España, con otra francesa para que le cubriera Europa, etc...Sin embargo en los últimos diez años han surgido, abanderadas por las más importantes compañías aéreas europeas, diferentes agrupaciones de aerolíneas llamadas ALIANZAS. Dichas alianzas cambian de forma sustancial las relaciones de estas compañías entre sí y de éstas con los clientes.De repente vinieron a darse cuenta de que podían unirse y poner en común no sólo esta o aquella ruta, a través de un acuerdo “interline”, sino que podían poner a disposición de los otros miembros de la alianza toda su red de vuelos al completo. Estos vuelos vendidos por los otros miembros como rutas propias multiplican, de forma exponencial y en un tiempo extremadamente corto de reacción, sus destinos ofertados y con unos servicios y calidades de un nivel, al menos igual al propio, si no mejor.Lo novedoso es pues esta diversidad de destinos pero también la facilidad y rapidez con la cual se ajustan: se hace una sola negociación y vale para todos los miembros presentes y futuros. La otra ventaja es que, avalada por auditorías de funcionamiento interno periódico, todos los miembros tienen la seguridad de unos estándares de calidad homogéneos y homologados. Otra más es que eliminan enemigos comerciales haciéndolos socios.¡Sobre el papel parece perfecto! No sólo para la aerolínea, también para los clientes, que van a beneficiarse de mejores precios que vienen dados por un abaratamiento de los costes. También esto parece estar bien.Sin embargo, algo debe de fallar cuando ciertas compañías aéreas están replanteándose el hecho de su pertenencia a estas alianzas.Yo veo al menos tres debilidades o efectos contrarios. El primero es que en toda Alianza hay una o dos líneas aéreas que lideran la misma y que de forma más o menos encubierta dictan la política a seguir por aquella. Mientras que las decisiones que tomen sean acordes a los intereses de las demás, incluidas las pequeñas aerolíneas miembros, bien irá; pero cuando empiecen las grandes a decidir en detrimento del resto...ahí empezará lo que hace llorar.Por otra parte las interrelaciones que crean las alianzas entre sus componentes harán sin duda que en un momento u otro se produzcan dificultades en las rutas importantes, y por tanto, esa competencia se radicalice llegando quizás a decidir la alianza que tal compañía siga volando y tal otra debe dejar de hacerlo a cierto destino. ¿Estará ésta última de acuerdo en seguir esta directriz? Las contraprestaciones que pedirá a cambio ¿serán aceptadas de buen grado por el resto de miembros?Por último dos valoraciones más, en contra de éste nuevo fenómeno de unión. Como efecto colateral éstas compañías pasan a representarse las unas a las otras en aquellos lugares donde una de ellas está ausente (no pasa en todas las alianzas, pero sí en alguna) y si hay algo que no funciona es una compañía aérea haciendo de agente de comercial de otra, intentando vender servicios que no llega a conocer ni mucho menos a dominar... ejemplos de fracasos se me ocurren al menos tres en un momento.Y como conclusión diré que tampoco estoy seguro de que al final este tipo de lazos beneficien, económicamente hablando, a los clientes, pues no deja de producirse un cierto oligopolio de facto que hará indefectiblemente que los precios varíen al alza.Pros y contras... Gracias y Feliz Pascua.