Para el delegado del Apostolado del Mar, Ricardo Rodríguez-Martos, con quince años de experiencia en Barcelona, hace unos diez años estas situaciones apenas ocurrían. Con él coincide el inspector del sindicato ITF, Joan Mas, para quien estos casos van a más y son cada vez más preocupantes. Ambos, coinciden en señalar al complejo entramado de empresas y a la falta de escrúpulos como los principales causas del problema. Cómo dice Mas, pocas veces llegamos a saber quién es el verdadero propietario del buque.Pese a coincidir con este argumento, desde Capitanía Marítima, José María Rovira, cree que sería exagerado asegurar que se trata de un problema creciente. Lo mismo opina el jefe de Operaciones del Puerto de Barcelona, Antonio Pérez, quien no considera el abandono de buques como un problema especialmente creciente. Para Pérez, el problema es que en España es demasiado difícil embargar y por eso hay más retenciones en los puertos españoles. Además, los procesos administrativos posteriores se alargan hasta más de tres años, lo que aumenta aún más las molestias.El drama humanoPero, más allá de los costes económicos, detrás de cada abandono hay marineros que se quedan sin trabajo y a miles de kilómetros de sus hogares. Rodríguez-Martos recuerda que muchas veces se trata de marinos que encadenan varios embargos y que acumulan meses sin cobrar. En Barcelona, tanto la APB, como el Apostolado del Mar e ITF, colaboran para cubrir las necesidades inmediatas de esa gente del mar. Generalmente, explica Joan Mas, les repatriamos para que puedan iniciar un nuevo y necesario trabajo, mientras nosotros nos encargamos de litigar en nombre de ellos para conseguir alguna indemnización cuando el barco sea subastado al cabo de dos o tres años.