Se estima que el uso de la tracción eléctrica para acceder a la campa permitirá ganar tiempo (entre 6 y 8 horas en la gestión de descarga y salida de los vehículos) y un ahorro medioambiental de 58 toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera, como consecuencia de suprimir más de 250 circulaciones diésel anuales.Renfe transportó el pasado año más de 21.000 vehículos con entrada en Fuencarral a bordo de más de 130 trenes, en su mayoría de tráfico internacional. La campa, gestionada por la empresa Semat, tiene unas dimensiones de 210.000 metros cuadrados y su nueva electrificación culmina una serie de reformas que se iniciaron con motivo de la puesta en marcha de la línea de alta velocidad que une Madrid con Valladolid y que también incluyó la ampliación del taller de mantenimiento de Renfe en la zona. A los tráficos habituales de la campa de automóviles de Fuencarral, Renfe suma desde el mes pasado los trenes del nuevo servicio destinado a empresas con flota entre Barcelona, Madrid y Málaga. El servicio, que se presta en colaboración con Semat, busca ofrecer una solución logística integral a empresas del mercado de alquiler, de segunda mano u ocasión.Además del ahorro en el tiempo de gestión de entrada y descarga de los vehículos para su distribución, el cambio de tracción (de diésel a eléctrica) para estos tráficos va a permitir una reducción del consumo energético y de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Del análisis de los datos del tráfico se deduce que el ahorro de energía alcanza los 118.260 kilowatios/hora y el ahorro de emisiones de CO2 alcanza las referidas 58,5 toneladas.