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“La intermodalidad es la palanca fundamentalpara trabajar en la agenda medioambiental”

Este mes de mayo se cumple un año del nombramiento de Juan Diego Pedrero como presidente ejecutivo de la Asociación de Empresas Ferroviarias Privadas (AEFP). Aprovechando el aniversario y su gran conocimiento del transporte de mercancías ferroviario gracias a su presencia en la AEFP desde hace más de siete años, Pedrero analiza para Diario del Puerto la situación actual de este modo de transporte, siempre olvidado y más aún quizás en estos tiempos del Covid-19.

  • Última actualización
    18 mayo 2020 08:22

¿Cuál es la realidad actual de las empresas de transporte ferroviario en España?

La realidad es que todas las empresas han tenido importantes descensos en su actividad a pesar de que han tenido que mantener algunos tráficos al considerarse como servicios esenciales, al igual que todas las empresas de transporte.

En este último periodo ha habido una caída importante en los tráficos, desigual en los sectores.

En el caso del sector siderúrgico o del transporte de graneles líquidos, la caída ha llegado al 50%. En el sector de la automoción, el descenso ha sido incluso mayor, del 90% en algunas casos, debido al cierre de algunas empresas de fabricación.

En otros sectores, como en el tráfico de contenedores marítimos, la caída ha sido de entre el 20% y el 30%, y es el tráfico que se ha mantenido un poco más.

Todo esto para las empresas ha significado, por un lado, tener que mantener una serie de servicios pero sin tener esa masa crítica necesaria para rentabilizar las operaciones y ser productivos.

Las empresas están sufriendo tanto en la era covid-19 como sufrirán en la post-covid que comenzará entendemos a partir de junio, una pérdida de ingresos dramática.

Las cuentas de explotación están destrozadas para este año 2020 y con una tendencia de recuperación muy incierta porque efectivamente la salida de esta crisis no es nada clara, no sabemos cuánto tiempo puede durar y tampoco si va a haber un rebrote de la crisis sanitaria que obligue tora vez a una restricción de la movilidad importante.

Por tanto, en líneas generales las empresas ferroviarias, que son pocas en España, están sufriendo de forma muy importante.

Tanto la pública, Renfe, como el resto de empresas que están en el sector y que tienen un problema añadido y es que efectivamente las medidas que han puesto encima de la mesa las autoridades administrativas de tutela de nuestro negocio esas medidas no están encima de la mesa.

A esto hay que sumar la gran incertidumbre respecto a las medidas que se toman o se pueden tomar, cuándo y cómo se toman.

“España no ha afrontado la falta de una política incentivadora del ferrocarril” 

"Renfe no tendrá una solución si no busca una alternativa fuera"En este contexto, agravado por la crisis del Covid-19, ¿qué papel debe jugar Renfe en este nuevo escenario de mercado?

Renfe Mercancías está sometida a los mismos problemas que nosotros. La cuestión de Renfe es que, evidentemente, tiene una estructura todavía sobredimensionada y con baja productividad. Eso significa que Renfe va a salir todavía con más perdidas de las que tiene. Lo más probable es que haya una recapitalización que no sabemos quién hará. Nosotros entendemos que Renfe tiene que estar saneada y debería buscar socios entre las empresas que hacen lo mismo que ellos. En ese sentido, deberíamos encontrar un punto de encuentro de trabajo para poder hacer que Renfe que Renfe Mercancías no sea un pozo sin fondo de pérdidas millonarias todos los años.Todos sabemos que a día de hoy toda la actividad de Renfe está enfocada al negocio de los viajeros. Es ahí donde tiene la facturación, las mercancías tienen muy poco peso.De hecho, es de destacar que, intramodalmente, las empresas ferroviarias han conseguido en los últimos años un 40% de cuota en toneladas- kilómetro, que ya es una cifra importante. Hace siete años, esta cuota era del 12%. En definitiva, Renfe Mercancías no tendrá una solución si no busca una alternativa fuera de la propia compañía.

¿Cuál es el mayor reto actual al que se enfrenta el sector?

Ahora mismo el mayor reto sin duda que tienen las empresas es cómo van a afrontar la etapa post-covid y saber en cuánto tiempo podrán recupe rar su actividad normal, si será este año o 2021.

Las empresas están tomando sus medidas, como la ejecución de ERTEs, pero son medidas paliativas desde el punto de vista empresarial que, si no van acompañadas de medidas adoptadas por parte de la Administración no van a dar resultado en las cuentas de explotación de las empresas.

Por su parte, las empresas ferroviarias deberán recentrar sus negocios intentando ajustar sus recursos productivos a aquellas áreas donde puede repuntar la actividad, todo esto partiendo de la base de que no esperamos ninguna recapitalización como se está replanteando en otros sectores como el aéreo o el marítimo.

Las empresas ferroviarias difícilmente pueden afrontar una etapa tan dura como esta con unos medios sobredimensionados porque los costes fijos de las empresas ferroviarias son altos.

En concreto, los costes de explotación de una locomotora pueden estar entre 3 y 5 millones de euros.

Por otro lado, hay otro aspecto que hemos empezado a detectar y que nos da temor. Y es que la carretera también ha sufrido un descenso de actividad importante y al ser un tejido empresarial mayor con una cuota mayor de mercado, tiene más capacidad de recuperarse a través de una política agresiva de precios. Sin duda, la carretera intentará en los próximos meses captar transporte incluso de otros modos.

A todo esto hay que sumar que el sector viene reclamando desde hace tiempo un Plan que conlleve actuaciones económicas importantes para incrementar la cuota del ferrocarril, que a día de hoy sigue siendo muy baja, tanto en toneladas netas como brutas y toneladas-kilómetro.

El ratio más favorable es en toneladas-kilómetro y nos movemos en torno a un 4%. Es una cuota que, comparada a países de nuestro entorno, es muy baja.

De los 28 países que forman la UE, tan solo cinco países no cuentan con una política para incentivar la intermodalidad. Entre esos cinco se encuentra España y el resto son países de menos de 5 millones de habitantes como Irlanda o Malta.

Nos damos cuenta que España no ha afrontado el problema de fondo, a parte del covid-19, que es la falta de una política incentivadora del transporte ferroviario de mercancías.

¿Han sido adecuadas las medidas adoptadas por el gobierno en materia laboral y económica a las empresas ferroviarias privadas?

Desde el punto de vista global, se han tomado un gran número de medidas para autónomos muy interesantes. Pero para las empresas, este tipo de medidas no son efectivas.

Además, en el ámbito del transporte, las medidas adoptadas por el gobierno han estado dirigidas principalmente a otros tipos de transporte y apenas ninguna al ferrocarril.

¿Qué medidas concretas defienden desde la Asociación?

Prácticamente desde el inicio de la crisis, hemos mantenido una línea abierta con la Secretaría General de Transportes, a la que hemos solicitado una serie de medidas para el transporte ferroviario, como la exención de las normas de tiempo de conducción y descanso para nuestros trabajadores, que si bien se ha aceptado en el transporte por carretera, no se ha hecho para el ferrocarril.

Si bien desde el Ministerio nos han asegurado que están viendo y estudiando qué medidas implementar y cómo hacerlo, hasta el momento no tenemos una confirmación.

Además de la exención de las normas de tiempo de conducción y descanso, también hemos planteado al Ministerio incentivos al modo ferroviario e intermodal y ventajas fiscales para potenciar su uso ante la industria del comercio.

También hemos planteado al gestor de infraestructuras Adif la suspensión de pago por cánones y servicios así como por la utilización de las instalaciones, de la red eléctrica durante el estado de alarma y tres meses posteriores al mismo.

También hemos pedido la suspensión de los gastos de estacionamiento en vías y hemos planteado una exención en los servicios básicos y complementarios que se prestan en las terminales.

Dentro de las medidas que hemos planteado al gobierno, hemos solicitado en este periodo post-covid que las medidas que se puedan tomar se mantengan en el tiempo, al menos por un trimestre, para intentar paliar y hacer que el descenso sea más mitigado a nivel de los costes ya que entendemos que la actividad va a reducirse y en todo caso el incremento va a ser muy paulatino.

No va a ser en absoluto un despegue nube, sino que será un movimiento muy aplanado y eso en las circunstancias más favorables.

¿Qué medidas para el transporte ferroviario sí se han aprobado?

Lo que sí se ha conseguido han sido medidas de prevención y apoyo a los profesionales, como la recepción de mascarillas y la apertura de residencias y la hostelería para los transportistas que tenían que desplazarse y pernoctar fuera de su domicilio.

También obtuvimos la renovación de certificados administrativos y, a través de una orden ministerial, la posibilidad de realizar formación online.

Esto permite que toda la actividad de formación no tenga que hacerse de forma presencial y se pueda hacer de forma telemática.

Además, en las últimas tres semanas, Bruselas ha estado trabajando y ya ha aprobado documentos que permiten a los Estados miembros ejecutar

todo tipo de exenciones y reducciones para los operadores.

En Alemania, por ejemplo, se ha decidido eximir a los operadores ferroviarios de los costes de acceso a las infraestructuras.

Pero en España, la estrategia del ministro de Transportes ha estado más enfocada a solicitar ayudas económicas y fondos a Bruselas para las empresas españolas. Dicho esto, desde la Asociación seguimos en la batalla y no damos el tema por perdido.

“Hemos planteado al gestor de infraestructuras Adif la suspensión de pago por cánones y servicios” 

Parece que la crisis del coronavirus está sacando a relucir la importancia del transporte de mercancías como actividad esencial para la sociedad, frente a otras actividades no esenciales. ¿Cree que esta crisis va a cambiar para siempre la imagen que la sociedad tiene de este sector o el reconocimiento que ahora se le hace a los profesionales del transporte caerá en el olvido?

En mi opinión, ya se está olvidando.

El primer mes los aplausos en Madrid a las 8 de la tarde eran constantes y ya apenas se escuchan. Y dentro de un mes no habrá ya aplausos, ni para los sanitarios ni para los transportistas.

Por mucho que el transporte por carretera quiera reivindicarse -y lo hace y es una actividad esencial, sin duda- no tiene buena prensa ni la tendrá en los próximos años. Cuando empecemos de nuevo las emergencias climáticas, que las vamos a tener, volveremos otra vez a entonar el mea culpa.

Sí que creo que debería darse, por el contrario, un movimiento ciudadano hacia cómo podemos ir a medios más friendly con el medioambiente.

Vamos a vivir otras crisis y si no tenemos en cuenta eso, será inevitable que lleguen.

No estamos desarrollando una política de transporte sostenible.

Y no excluyo a ningún modo de transporte, considero que todos son esenciales e imprescindibles.

Por ello, considero que la intermodalidad es la palanca fundamental para que podamos trabajar juntos en esa agenda.

¿Es esa la lección de debe sacar el sector de toda esta situación?

Sí, sin duda. También tenemos que recordar que cuando esta crisis pase, las empresas de transporte tendremos que seguir cumpliendo con otros objetivos anteriormente impuestos

y que ahora se han olvidado, como la Agenda 2030, los objetivos de sostenibilidad y la reducción de la huella de carbono o descarbonización del transporte.

Ese es el valor añadido además que ofrece el transporte ferroviario.

Es una realidad incontestable que el tráfico ferroviario de mercancías que cada vez más se mueve por energía eléctrica es enormemente menos contaminante y con efectos muy significativos sobre la reducción del cambio climático, en comparación con otros modos de transporte.

¿Cómo está siendo la organización en el día a día de todo el equipo de la Asociación? ¿Están yendo a las oficinas o trabajan desde casa?

Todo el equipo está teletrabajando, excepto yo que estoy en servicio esencial y me traslado a la oficina todos los días. Al principio de la crisis tuve que ir incluso al Ministerio a tratar el tema de las mascarillas. Prácticamente todo se hace desde casa y en mi caso, desde el despacho. Próximamente tendremos que organizar una asamblea general ordinaria que la haremos vía telemática.

Llevamos un retraso de cinco añosEn mayo del año pasado, recién nombrado presidente de la AEFP, señaló que en España era necesario un Plan de Infraestructuras a largo plazo. ¿Se ha avanzado algo en este sentido? ¿En qué se ha estado trabajando desde la AEFP en este último año?

No se ha avanzado nada. En 2015, España debía aprobar una estrategia indicativa. El Ministerio encargó entonces a Adif la elaboración de esta estrategia con una mirada puesta en el medio largo plazo. España tendría que haber implantado esta medida en 2017 pero no se hizo. Hace tres meses, el Ministerio creó la Dirección General de Planificación de la Red Ferroviaria con el objetivo de evitar algún dictamen motivado por Bruselas por incumplimiento de esta normativa.Llevamos un retraso de cinco años. Adif tiene los planes hechos pero no tiene este plan aprobado, y esto repercute en que las inversiones están bloqueadas.

¿Qué otras acciones se están realizando desde la Asociación?

Lo que estamos intentando y creo que consiguiendo poco a poco es integrar también el transporte terrestre. Antes comentaba la importancia de la intermodalidad. Estamos en contacto con asociaciones del transporte por carretera (CETM Multimodal, Fenadismer) y con las asociaciones sectoriales industriales (ANFAC, AECOC, Aspapel…) para potenciar, hacer esquemas comunes de intermodalidad y presentar al Ministerio de Transportes como una sola voz, buscando un consenso entre lo que entendemos que es importante y esencial y no entrando en una rivalidad entre modos.Entendemos que el foro para discutir esto son las comisiones del parlamento. Estamos haciendo mucho hincapié ante los representantes parlamentarios de los distintos partidos políticos para que tomen conciencia de cuál es la problemática del sector, tanto el de mercancías ferroviario como el transporte en su conjunto.Necesitamos consensos amplios que no caigan en el olvido con cada cambio de gobierno, como se ha visto en anteriores ocasiones con otros planes para infraestructuras o impulso del transporte.