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Las campanas se llevarán el año de la pandemia

Práctica para el jueves noche. Ding, ding, ding, ding: los cuartos. Dong. Dong. Dong (este año lo consigo). Dong. Dong (que sí, que sí, que no me río). Dong. Dong (pero, ¿por qué te partes? Fundamental: ¡No te ahogues!). Dong (¿se puede saber por qué cojo siempre las uvas más gordas?). Dong (perfecto, lo has controlado, no mires a nadie, concéntrate). Dong (¡Loli te estás riendo! ¡Para!). Dong (jajaja). Dong ¡Feliz año 2021! (digo con los carrillos repletos de uvas #likeahamster). En fin. No pasa nada, es la tradición. 

  • Última actualización
    24 diciembre 2020 09:09

Iniciamos la última semana del año de la pandemia que nos cambió la vida a todos, que nos familiarizó con términos como el teletrabajo, la digitalización, la distancia social o la nueva normalidad; y con nuevos productos, indispensables en nuestra cesta de la compra, como el gel hidroalcóholico y las mascarillas; y lo hacemos con la mirada puesta en las previsiones. Concretamente en las previsiones de otros: de la Unión Europea, de Reino Unido, del Gobierno de España; de los gobiernos autonómicos y de los ayuntamientos, porque... vaya telita, qué panorama. 

El 2021 nos atropella -queramos o no- y seguimos sin tener las cosas claras. Las incertidumbres que en mayo nos preocupaban no se han resuelto, simplemente se han sustituido por otras, igual de castrantes, igual de cansinas.

Tenemos los que han podido remontar el precipicio de la pandemia quedando en cifras similares a las de 2019 y los que no

Sabemos que hay vacunas contra la COVID pero cada una cuenta con unas prescripciones, unos modos de uso y de producción que no facilitan que nos “informen” adecuadamente -o al menos tanto como nos gustaría- de cuándo llegarán a nuestra ciudad, cuántas unidades lo harán y cuántas personas podrán recibirla. 

Se están anunciando protocolos de seguridad nunca vistos para la recepción de cargamentos de mercancías, en cuanto a los vehículos de transporte y al personal que se encargará de ¿proteger? los convoyes. Muy cinematográfico todo.

¿En tema Brexit?: más de lo mismo. Cuando les escribo estas líneas todavía no hay acuerdo, con lo que las relaciones comerciales con Reino Unido se van a la reglamentación más básica y fundamental. Aranceles, controles personas y de mercancías, agilización de gestiones y trámites, permisos, devoluciones del IVA, cualquier relación de la Aduana... Está claro que el mundo no se para porque lleguemos al 1 de enero sin un acuerdo de mínimos, pero, estoy segura de que para muchos, desde ese día, el mundo (su mundo, su día a día) girará un poco más lento porque lo que hoy le cuesta hacer un par de clics no será posible. 

Mientras, en el transporte por carretera cerramos el año con todo el follón vivido por culpa de la nueva cepa de COVID + Brexit + todas las cuestiones pendientes de resolución (carga y descarga, las 44 toneladas, la devolución pendiente del céntimo sanitario, la aprobación del baremo sancionador contra la morosidad, etc.)

En el marítimo, los puertos cierran sus datos con disparidad de resultados. Tenemos los que han podido remontar el precipicio de la pandemia quedando en cifras similares a las de 2019 y los que no. La huelga en el puerto de Bilbao no se nos olvidará fácilmente, pero parece que las negociaciones siguen dando pasos hacia una solución dialogada. Bien. 

También cerramos el año a la espera de ver cómo queda la cosa con el Proyecto de Ley de Medidas de Prevención y Lucha contra el Fraude Fiscal y muchos proyectos más. Pero, ¿saben qué? Que cuando lleguemos a ese río ya cruzaremos ese puente. Disfruten de su entrada en el nuevo año. Cuídense mucho, que les quiero #atopedepower en enero. Un abrazo y feliz año.