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Lineales llenos

Que sí. Que no. Que sí. Que no.... y así podríamos estar hasta que nos diera por otra cosa, la verdad, porque el miedo al apagón energético y al desabastecimiento combinan tan bien, lucen tanto y permiten tanta fantasía... Hasta habrá quien esté disfrutando desde su atalaya “preper”... Además, es que no hay manera de que la voz de los expertos en logística, los que de verdad saben qué está pasando hoy en las cadenas de suministro del mundo, salte el muro creado por las “noticias exageradas”. Si de verdad los escuchásemos, quizás los nervios y las ventas de determinados productos no estarían siendo tan heavy. 

  • Última actualización
    19 noviembre 2021 16:19

Que sí, que el Black Friday o la Navidad colgarán carteles de “sin stock”. Que sí, que los precios podrán subir en los artículos más buscados y con menos reposición, pero, gente, lo importante, lo verdaderamente relevante: que no pasaremos hambre. Los grandes operadores logísticos y cargadores reconocen la falta de ciertos materiales y productos estrella, así se lo confirmaron a nuestro compañero Raúl Tárrega, pero no habrá desabastecimiento y lineales de supermercados vacíos.

Está claro que llevamos prácticamente dos años en #pause, con una actividad económica creciente (la exportación está liderando la recuperación, ahí están las cifras que van manejando nuestros puertos con aumentos tanto en las toneladas movidas como en los contenedores manipulados de import-export) pero inestable. 

Cargadores y  operadores logísticos esperan que sea en la primera mitad de 2022 cuando la situación se normalice

El consumo -en toda su amplia expresión- no está siendo constante, en parte, porque las medidas sanitarias van y vienen mecidas por las cifras de contagios e ingresos en las UCIs y los países hacen lo que pueden ante un virus que se muestra más resiliente que la humanidad; en parte, porque la actividad no está al 100% y, en consecuencia, el empleo tampoco. A todo esto, hay que sumar que nuestras cabecitas tampoco están sanotas del todo... así que, ya hay quien está comprando su papel higiénico y harina versión 2021 (ya me entienden). 

Por eso, un ejercicio de conocer la realidad antes de lanzarse a escribir, locutar o montar una pieza informativa no estaría mal... #mensajepatrocinado para las empresas informativas buscadoras del clickbait.

Lógicamente no podemos olvidar que la crisis en el transporte marítimo mundial está ahí (#nadahacambiado: congestión en los grandes puertos de Estados Unidos y de China, falta de equipo y espacio en los buques y fletes todavía altos). 

Los exportadores no tienen espacio en los buques para que sus mercancías zarpen hacia la casa de los compradores y atender los pedidos se está haciendo complicado en algunos casos por la falta de materias primas. El otro día, en una empresa fabricante, nos comentaban que habían tenido durante semanas los nuevos remolques con generador (reefer) sin entregar porque estaban esperando los microchips que les daban vida. 

Y que todo esto ha abierto telediarios, algo que, los mismo hasta vino bien para que las navieras comenzaran a repensar el modelo económico que estaban “desarrollando”. Pero también es cierto que, tanto los cargadores como los operadores logísticos, esperan que sea en la primera mitad de 2022 cuando la situación se normalice al menos en el marítimo. Costará unos meses, pero ya estamos en el camino. Así que no hace falta que nadie se abra las venas y si las cartas de los Pokémon o los Superzings se agotan... pues a otra cosa. ¿Siempre les dejaron los Reyes todo lo que incluyeron en sus cartas? ¡Suertudos!