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Lo importante

En un diario de esta naturaleza esperamos encontrar comentarios respecto a medidas económicas, legislativas o políticas, que afecten a la logística y transporte.

  • Última actualización
    20 marzo 2020 16:19

Con ese objetivo, podría dedicar este artículo a comentar si ha sido más o menos afortunada la redacción de las normas relativas al estado de alarma, sus carencias o aciertos en el ámbito tributario. A la vista de las normas aprobadas, podríamos decir que hay una situación de alarma tributaria dentro del estado de alarma; ¿en qué medida sirven o dejan de servir las medidas adoptadas a un sector, el logístico y de transporte, asentado en la libertad de movimientos y de circulación, cuando son estos los derechos fundamentales que más sufren en la situación actual?.

La naturaleza crítica de mi profesión podría llevarme a reflexionar públicamente sobre todo ello. No negaré que lo he pensado. Pero, como me decía un ser querido estos días -vamos, mi esposa, con la que “por suerte” pasaré ahora muchas más horas de lo habitual-, debemos mirar al presente. Y en el presente, que es lo importante, extrañamente mi esposa coincide con la AEAT, que dice así en su página web –en un tono claramente indulgente y difícilmente repetible-: «No se preocupe si tiene algún trámite pendiente. La Agencia Tributaria es consciente de esta situación.».

Confío en que la sensibilidad especial de mi esposa se haya contagiado a la AEAT –de contagios va la cosa-, y, en efecto, no debamos preocuparnos por los trámites pendientes -¿y qué es un trámite pendiente?... diría yo en este caso-.

Decía que mi esposa y la AEAT coinciden extrañamente porque mi esposa es maestra, en las antípodas de la AEAT. Desde hace años mi esposa está en paro, o con breves empleos precarios, porque pese a su extensa formación (maestra de educación especial, psicopedagogía, audición y lenguaje, y multitud de cursos en tratamientos especializados), mi esposa es prescindible para esta sociedad; es lo más prescindible, claro, cuando hay una crisis económica desde 2008 –entiéndase el sarcasmo-. ¿Para qué vamos a ocuparnos de esos niños?...y ahora, ¿para qué iban a adoptarse medidas de prevención con anterioridad, si el enemigo común que ahora tenemos sólo afecta(ba) a los ancianos o a personas con patologías?. Aunque sólo sea una visión utilitarista, los abuelos mantuvieron a flote a muchas familias con la crisis que vivimos desde 2008, y ahora resulta que son los que han de quedarse con los peques en las familias que, desgraciadamente, no pueden teletrabajar pero que, por suerte, cuentan con esos extraordinarios seres que son los abuelos. La naturaleza insiste en enseñarnos el respeto por la vida y por los valores esenciales de nuestra civilización…que no son, desde luego, esa mera visión utilitarista que permanente nos empuja al vacío. ¿Somos conscientes de qué es lo importante?

Lo importante ahora más que nunca son ellos, los ancianos, las personas con patologías, las personas de mayor riesgo, y quienes ya han contraído la enfermedad y han de recuperarse. Y para ello, para atender y proteger a lo importante, lo importante es que colaboremos, que nos quedemos en casa. Y, de paso, lo importante es también que aprovechemos la presencia de nuestros seres queridos junto a nosotros. Algunos no tenemos ese privilegio a diario, pese a ser lo más importante. Por eso quería hablar de ellos, de los más importantes.

 En cuanto a lo demás, la AEAT finalmente no ha sido tan sensible ni indulgente como mi esposa –Gobierno mediante-, pese a lo anunciado –ya me extrañaba-, y se ha inmunizado del virus a los plazos de presentación e ingreso de las autoliquidaciones y declaraciones-liquidaciones. Tengamos presente, hoy más que nunca, que «Las acciones u omisiones tipificadas en las leyes no darán lugar a responsabilidad por infracción tributaria en los siguientes supuestos: […] b) Cuando concurra fuerza mayor» -ex artículo 179.2.b) de la Ley 58/2003.