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A favor de viento

El sector de la energía eólica marina u offshore atraviesa un momento de rápido crecimiento y ofrece importantes oportunidades para la logística y el transporte marítimo.

  • Última actualización
    28 mayo 2021 11:05

Este segmento de la industria energética se enfrenta a un importante reto derivado del progresivo y significativo incremento del tamaño de los aerogeneradores offshore, ya que en los próximos diez años muchos de ellos tendrán palas de al menos 125 metros de longitud. Pero los desafíos que plantea en el terreno logístico son muchos más.

Uno de ellos es el espacio de almacenamiento insuficiente en los puertos para los componentes de estos aerogeneradores; la necesidad de contar con una flota suficiente de buques especializados en la instalación de las torres en el fondo marino y la disponibilidad de grúas de gran capacidad. Por su parte, plantea retos también para el transporte terrestre, especialmente en áreas urbanas con una alta densidad de construcción (casas, edificios, carreteras y puentes) y por la necesidad de contar con camiones con suficiente potencia y tamaño, y grúas con la capacidad necesaria. Estas necesidades suponen para los puertos oportunidades relacionadas con el rediseño de sus capacidades de almacenamiento y elevación. También para que los armadores mejoren su flota invirtiendo en nuevos barcos especializados. Todo ello hace que la colaboración entre todos los eslabones de la cadena de suministro y las redes de socios sea vital para seguir siendo competitivos en el mercado de la energía eólica marina.

En este sentido, se aprecia una tendencia en la preferencia de los clientes a trabajar directamente con los transportistas para garantizar que se cumplan todos los retos técnicos para maximizar la eficiencia y minimizar los costos.

Reto logístico

La instalación de un parque eólico representa un gran desafío logístico, habida cuenta de que la tecnología eólica ha avanzando continuamente en los últimos años hacia una mayor dimensión de los aerogeneradores. Ello supone un aumento de la eficiencia, ya que cuanto más alto es un aerogenerador, mejor puede aprovechar los vientos.

Sin embargo, también complica el transporte y la logística. Con tales dimensiones, los aerogeneradores se transportan por partes: la base, las palas, la nacelle, el generador y los tramos de la torre, hasta cuatro. Muchas veces, estas piezas proceden de distintos fabricantes de distintos países, y los requisitos de transporte son variados y especiales. Las palas y los tres componentes de la torre son las partes más grandes y su transporte es lo más complicado, tanto por mar como por tierra. En el caso del generador, lo importante para su transporte es la protección y buena fijación de la mercancía al tratarse de una maquinaria delicada.

Por tierra y mar

El transporte de los diferentes componentes por tierra se hace en camión, lo que requiere un permiso especial de las autoridades de tráfico y un camión especial que normalmente vuelve vacío después de la entrega; se trata de camiones especializados que no prácticamente no tienen utilidad alternativa. Además, estos camiones tienen que ir acompañados por dos coches de seguridad, uno delante y otro detrás, lo que aumenta los costes. En el norte de Europa, en zonas de orografía plana, es posible hacer el transporte por tren, lo que supone ahorros y una ventaja natural para la industria eólica en estas zonas. En España, el transporte por tren es básicamente imposible por la cantidad de curvas, túneles y puentes.

El transporte marítimo es algo más eficiente en coste, pero no por ello sencillo. Las excepcionales medidas de las palas y los componentes de la torre limitan las posibilidades de estiba en los barcos; no se transporta en contenedores con lo cual no es posible estibar un componente de la torre encima del otro. Dada la complejidad y el coste del transporte, es una ventaja significativa para cualquier productor de componentes eólicos estar cerca de las regiones de fuerte demanda.

Dada la complejidad y el coste del transporte, supone una ventaja significativa para cualquier productor de componentes eólicos estar cerca de las regiones de fuerte demanda

La instalación de un parque eólico representa un gran desafío logístico, habida cuenta de que la tecnología eólica ha avanzando continuamente en los últimos años hacia una mayor dimensión de los aerogeneradores

El camino hacia la madurezCon la reincorporación de Estados Unidos al Acuerdo de París y los gobiernos de todo el mundo comprometidos con un futuro más sostenible, una mayor parte de nuestra electricidad deberá provenir de fuentes renovables. Sin embargo, las ubicaciones adecuadas para proyectos en tierra comienzan a escasear, por lo que “la energía eólica marina flotante debe madurar rápidamente para satisfacer la demanda”, asegura Francisco Rodrigues, responsable global de Offshore Wind de Mammoet, empresa líder en proyectos logísticos para el sector heavy-lift y Project Cargo.Rodrigues considera que la energía eólica marina flotante o FOW (Floating Offshore Wind) se convertirá en la próxima gran novedad de las energías renovables. Pero, aunque tiene el potencial de convertirse en una gran industria global, cree que todavía hay una serie de obstáculos que esta industria debe superar para ser comercialmente atractiva en términos de costo nivelado de energía (LCOE). “Se necesita más capital de inversión para que los proyectos despeguen y, por supuesto, mayores costos de energía para el usuario final”, dice el experto de Mammoet, quien apunta que una de las causas de este costo adicional son los cimientos utilizados para la energía eólica marina flotante, “que puede ser realmente masiva en escala”, ya que pueden pesar decenas de miles de toneladas cada uno”.Es más, en algunos países la ventana de instalación se reduce a solo seis meses al año, debido a restricciones climáticas o ambientales, por lo que existe “una verdadera presión para que las cadenas de suministro maduren rápidamente, con el objetivo final de alcanzar el ritmo al que los OEM pueden producir turbinas”, explica Francisco Rodrigues.

Francisco Rodrigues, responsable global de Offshore Wind de Mammoet. Más facilidades logísticas que la eólica terrestreUno de los principales retos de la industria a la hora de instalar energía eólica marina es la profundidad de las aguas. “Gracias a la tecnología flotante la industria resolvería este problema y podría liberar todo su potencial energético marino”, asegura Sarens, referente en servicios de alquiler de grúas, elevación pesada e ingeniería de transporte.La tecnología FLOW (Floating Offshore Wind) permitiría aprovechar hasta el 80% de los recursos eólicos marinos globales ubicados en aguas a más de 50 metros de profundidad. A diferencia de las turbinas que se instalan en tierra, las que se instalan en alta mar no están limitadas en tamaño o peso, ya que no existen este tipo de limitaciones el medio marino.Factor logísticoTanto los elementos de turbina eólica como los cimientos se construyen en una fábrica cercana o en el muelle, se cargan en una barcaza y se instalan en el mar. De hecho, Sarens ha instalado el primer parque eólico del mundo con turbinas desarrolladas especialmente para Offshore, el Thorntonbank fase I en Bélgica.Y es que las turbinas eólicas terrestres están cerca de alcanzar su punto máximo debido a limitaciones de tamaño y peso por razones logísticas. Los elementos de la torre y las góndolas deben transportarse por la carretera, por lo que nunca pueden ser más altos que la altura de un puente, deben pasar por debajo. Y las aspas deben poder tomar el giro de carreteras y calles. Es difícil encontrar ubicaciones en áreas densamente pobladas donde sea factible el acceso de aspas de más de 50 metros de largo.Pero dado que este tipo de limitaciones no existen en el mar, las turbinas eólicas marinas convencionales de hoy producen 9,5 MW y ya hay un prototipo que producirá 12 MW, incluso más grandes en un futuro próximo.

Un aerogenerador actual de Siemens Gamesa, con palas de 94 metros, tan largas como un campo de fútbol, comparado con la simulación de un aerogenerador del primer parque eólico marino del mundo instalado en 1991. Sarens ha instalado el primer parque eólico del mundo con turbinas desarrolladas especialmente para Offshore: el Thorntonbank fase I en Bélgica.